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160 P. PÍO M.ª DE 1\-IONDREGA..""ffiS, O. F. M. CAP. comiendo del árbol de que te prohibí comer, diciéndote: No comas de él. Por ti será maldita la tierra; con trabajo comerás de ella todo el tiempo de tu vida; te dará espinas y abrojos. Y comerás de las hierbas del campo. Con el su– dor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella has sido tomado. Y a que polvo eres y al polvo te volverás" (4). Por el pecado de origen Adán y Eva, con toda su des– cendencia, perdieron los dones gratuitos y fueron heridos en los naturales. La fe católica nos enseña que la pena y la culpa se transmite a todos los hombres en el momento de ser concebidos, excepto a la Virgen Madre de Dios, que fue exenta po; especial privilegio (5). El hombre por el pecado de origen perdió la gracia y el derecho al paraíso, fue sometido a muchos males y a la muerte. Al pecado de origen se han añadido otros muchísimos pecados pe.rsonales de la humanidad prevaricadora. Los hombres se rebelan contra Dios y desobedecen sus órdenes. Dios nos encerró a todos en la desobediencia, para tener de todos misericordia (Rom., XI, 32). Eternamente previó la caída de los progenitores y eter– namente previó y procuró el remedio. Al misterio de ini– quidad siguió el misterio de redención; a Adán prevarica– dor, el Nuevo Adán Redentor. El plan divino de redención fue ya preain,unciado al primer hombre en el paraíso te– rrestre, fue largamente preparado y amorosamente reali– zado. La Divina Providencia tuvo misericordia de la pobre hu– manidad, ofreció generosamente el perdón a todos los cul- (4) Gén., III, 17-19. (5) No nos detenemos aquí a explicar la esencia del pecado ori– ginal en nosotros, el porqué, el cuándo y el cómo se transmite a toda la humanidad. Son cuestiones que pertenecen a la Dogmática.
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