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15ó P, PÍO 111.ª DE MO:KDREGANES, O. F. M. CAP. bres viene creada también por Dios en el momento de la concepción. Esa es la doctrina tradicional de la Iglesia. El alma y el cuerpo se unen substancialmente. El alma es la forma que vivifica a la materia. El alma racional tiene tres clases de funciones: vegetativas, sensitivas y racio– nales. El cuerpo es matt'rial y mortal, órgano e instrumento de la vida. El alma l"S racional, espiritual e inmortal. La muerte del hombre se verifica por la separación de los dos elementos substanciales. El cuerpo, separado del alma, vuelve al polvo; el alma, separada del cuerpo, per– manece e irá a recibir la recompen,sa en el otro mundo. ARTÍCULO 2." Propiedades del alma. El alma humana es simpZe, es decir, no consta de par– tes separables ni está sujeta a la descornposic1ón. Es espiritual, es creada por Dios en el momento de la g¡·– neración, a imagen y semejanza suya. Las operaciones del entendimiento y de la voluntad son de naturaleza espiritual, in-dependientes intrínsecamente de la materia, aunque ex– trínsecamente reciban las esp€cies de los objetos materiales y de los sentidos. Nihil est in intellecfu, quod pi-ius non f Heril in sensu. El alma es inmortal, es decir, no desaparece con la muer– te del compuesto. Después de la muerte real continúa vi– viendo separada hasta que se reúna al cuerpo en la resu– rrección final. La inmortalidad del alm 'l es consecuencia de su espiritualidad y nos consta también por la fe. Pues podemos decir que la Revelación está ordenada a la vida eterna de las almas. Se ocupa del problema de la salvación del hombre, después del pecado original. Jesús decía a los

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