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142 sitaria de la revelación verdadera que pasa de generación e.n generación sin alterarla ni cambiarla. Apostolicidad de ministerio. Lo que es c>sencial en los sacramentos, en los sacrificios y ritos, permanece. Los cambios accidentales, que no afectan a la esencia, prueban el espíritu de adap– tación que la Iglesia tiene en todas las regiones donde se Ya plantando. .Jesús constituyó a S¡m Pedro .Tefe de la Iglesia y Prín– cipe de los Apóstoles que en origen griego se llama Papa, o Padre Universal de todos los fieles. Confiriéndole este donum apostolicum le conoe.dió también el don de la infa– libilidad, cuando habla como Pastor y Maestro universal a todos los fieles, definiendo alguna Yerdad e.r cathedm, como la Inmaculada Concepción, la Asunción de la Virgen, etc. DEBERES PARA CON EL PAPA. Como Vicario de Cristo y su– cesor de Pedro, .Tefe de la Iglesia católica, te1wmos nues– Lros deberes para con él. 1) Amar al Papa. Padre de nuestras almas, guía se– guro de nuestra fe, bienhechor ins,igne de la humanidad cre– yente. 2) Rogar poi· el Papa. Para que el Señor le Yivifique, le conserve, le asista, le haga bienayenlurado y le ayude a regir toda la Iglesia católica dispersa por todo el mundo. 3) Obedecer al Papa. Porque <>s nuestro legítimo Su– perior eclesiástico, el más alto de jerarquía, que tiene po– testad sobre todos nosotros. 4) Defender al Papa. De tantos enemigos, de tantas ca– lumnias, de tantas persecuciones dirigidas contra él o con– tra la Iglesia de Cristo. 5) Ayudarle aun materialmente para que pueda go– bernar por sí o por sus subordinados a toda su grey y dar– le pastos saludables para el alma. Debemos, pues, conocer a la Iglesia, amar a la Iglesia, sentir con la Iglesia, obedecer a la Iglesia, defender a la Iglesia, propagar la Iglesia por todo el mundo para que to-

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