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LA Dl\'JNA PROVIDENCIA la7 están fu€ra los cismáticos. Esta vastísima sociedad está apo– yada en Cristo, su fundador, que le dio doctrina, autori– dad, leyes y otras cosas necl'sarias, como veremos. Tiene por fin, el culto santo de Dios, el cumplimiento del reino de Dios, o sea, la santificaci6n de los hombres y la con– secución de la Yida eterna. Origen de la Iulesia católica. Es una verdad de fe, defi– nida por el Concilio Vaticano I (55) que la Iglesia católica fue fundada por Jesucristo inmediata y personalmente, como una sociedad ·dsiblc para que continuase su misión redentora. Fue repetidas veces prea:mmciada en el Antiguo Testa– mento y predicada por J.esús bajo varias figuras y pará– bolas: como un grano de mostaza destinado a crecer por lodo el mundo; como un rebaño bajo un solo Pastor; como una red que se llena ele peces grandes y pequeños; como una viña que Él planta; como una Jerusalén celestial, como un banquete al cual son muchos invitados; cnmo una ciudad edificada en la cumbre de un monte. Jesús hablaba con fre– cuencia del reino de Dios, de un reino espiritual. Jesús dijo a Pedro: "Y yo te digo a ti que tú eres Pedro, y so– bre esta piedra edificaré yo mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerún contra ella" (56). Jesús fue fundando gradualmente la Iglesia. Dio a los Apóstoles el poder de celebrar, de predicar, de santificar, de perdonar los pecados, de gobernar. Concedió a Pedro el Prima'.do y le prometió la asistencia continua. Completó la fundación de la Iglesia con la Muerte, que señala el paso de la A'Il,tigua Alianza a la Nueva. Después de la Resurrección traspasó sus poderes a los Apóstol,es diciéndoles: "Me ha sido dado todo poder en los cielos y en la tierra; id, pues, y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre (55) DENZ,, 1821. (56) Mat., XVI, 18.