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LA DIVIN.\ Pl\Ovmrc.NCIA 131 tal modo que predicaron sin temor m1fo los sabios y po– derosos de este mundo. Revestidos de la fortaleza sobre– natural, predicaron con celo y murieron por Cristo. 7) Fuego. E,s la expresión más simbólica del amor, porque el fuego ilumina, calienta y purifica. Dice Jesús que Él vino a echar fuego sobre la tierra. ¿ Y qué he de querer sino que se encienda'?" ( 48). En el Cenáculo "aparecieron como divididas lenguas de fuego, que se posaron sohre cada uno de ellos, quedando todos llenos del Espíritu San– to" ,(49). 8) Luz de los col'azones. Lumen co1·dium. El pueblo hebreo caminaba por el desierto prec,edido de una columna de fuego. Este era el símbolo de aquella luz que guía mws– tras almas hacia la santidad. Las gracias actuales son lu– ces que iluminan. 9) Parcíclito. Parúclito quiere decir Abogado y Conso– lador. Y Jesús dijo que rogaría al Padre para que enviara otro Consolador. El Espíritu Santo es consolatol' aninwe, el dulce huésped divino que consuela, alegra :nuestro cora– zón e intercede por nosotros. 10) Soplo. Después de la Resurección Jesús se apare– ció a los Apóstoles y les dijo: La paz sea con vosotros. Como me envió mi Padre, así os envío yo. Diciendo esto soplú y les dijo: Recibid el Espíritu Santo (50). La venida del Espíritu Santo en el día de Pentecostés fue precedida de un viento impetuoso que llenó todo el Ce– náculo. 11) Unción espfritual. Spfrif.zwlis zwctio. El uso de las unciones es frecuente en el Antiguo y Nuevo Testamento, especialmente en los sacramentos que imprimen carácter, (48) Luc., XII, 49. (49) Act., 11, 3. (50) Jn., XX, 22.
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