BCCCAP00000000000000000000626

LA DIVINA PROVIDE.. "!CL\ l:!5 sas pasadas, presentes y futuras. Jesús confirmó su doc– trina con los milagros. Es el l\Iaestro infalible que no se <'ngaña ni puede engañar. Dijo a sus Apóstoles: "Andad por todo el mundo y amaestrad a todas las gentes, enseñúndoles a observar todo cuanto yo os he ma:n,dado. Yo estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos" (41). Jesucristo fundó la Iglesia y la hizo depositaria de su doctrina. Nos reveló su misión salvadora, nos enseñó el ca– mino del cielo, nos enseñó con palabras, con ejemplos, con parábolas, con (}bras. Aprendamos del Maestro Infalible la doctrina, las vir– tudes, la santidad de la vida. 6) Buen Pastor. Jesús se compara al Buen, Pastor que viene en busca de las ovejas descarriadas; que quiere atraer a su rebaño las que viven fuera de él; que da la vida por sus ovejas, a las cuales eonoee y :,1,1:t, y las suyas le co– nocen, oyen su voz y le sigu-en. 7. Misio1iel'O. Enviado por el Padre para salvar el mun– do. Como el Padre le envía a Él, así Él mandó también a sus Apóstoles por todo el mundo para prl'dicar el Evangl'– lio a toda criatura. Los Apóstoles, después de haber reci– bido el Espíritu Santo en, el Cenáculo, se esparcieron por el mundo, plantaron la Iglesia y confirmaron la doctrina de Cristo con su sangre. Otros muchos nombres y títulos podemos atribuir a ,Je– sucristo Verbo Encarnado, pero bastan éstos para excitar en nosotros nuestra confianza en Él y admirar la ProYi– dencia divina que con lanto amor y ahundancia de medios se cuida de nuestra salud eterna. 8. Jesús en la E,u·caristía. Jesús instituyó la Eucaris– tía como sacrificio y como sacramento. Como sacrificio se renueva de una manera incruenta todos los días y en todo (41) Mat., XXVIII, 19-20.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz