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LA DIVINA PROVIDENCIA 105 --------- § IV. Elijo pródigo. San Lucas, en el capítulo 15 de su Evangelio, nos des– cribe la historia del hijo pródigo, en la cual el Divino Maestro nos demostró la misericordia de Dios sobre los pecadores y cómo se alegrarán los ángeles en la conver– sión de los pecadores. Jesús nos muestra en esta parábola el amor misericordioso del Padre celestial. La considera– ción de esta parábola ha convertido más pecadores que todas las amenazas de los antiguos Profetas. Jesús sabía cuánta más influencia tiene el amor que el temor sobre los hombres. La parábola es un ejemplo o símbolo de lo que acon– tece con frecuencia en la vida espiritual, donde se dan tantos hijos pródigos en los c'uales, por el influjo de la Divina Providencia, se verifica lo mismo que sucedió al pródigo del Evangelio. Saquemos las consecuencias que se derivan de esta sabia lección del Divino Maestro. § V. San Pablo, Apóstol de las Gentes. San Pablo nos demuestra con ejemplos y palabras la Divina Providencia. Por la intervención milagrosa de la Providencia se convierte, en el camino de Damasco, de perseguidor de los cristianos en vaso de elección y Apóstol de las Gentes. A partir de esa fecha toda su vida apostó– lica está sembrada con hechos pro-.;idenciales e interven– ciones divinas. Atenas era la ciudad de las artes helénicas y centro de los filósofos griegos. Se distinguía p-0r su religiosidad. Ningún dios debía quedar sin honrar, no fuera que por la preterición se enojase y los castigase. Por esto habían erigido un altar que decía: Al dios desconocido. San Pablo, pasando por allí, pensó que entre tantos

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