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cípulos y los cooperaclort:'s quP ayudaban a los Após– toles, y el cristianismo se extendió rápidamente. El Evangelio predicado por los misioneros fue el fermento que transformó aquella ingente masa pagana en cris– tiana. El Edicto de Mil{m, promulgado por el emperador Constantino en 313, concedió libertad civil a la Iglesia. Libre de las pers¡,cuciones y de los la 0 zos de la auto– ridad civil, celebró el primer Concilio Ecuménico de Nicea (325). monumento auténtico del fruto obtenido por los obreros evangélicos en los tres primeros siglos ele la Iglesia. Art. 2.-SEG[:,VDO PERIODO: DESDE EL EDIC– TO DE MILAN (313) HASTA LA EMI– GRACION DE LOS PUEBLOS (siglo V). 166. La Iglesia consolida sus posiciones en el Im– perio Romano. Los presbíteros y obispos se dedican a la conversión de los paganos en sus respectivos terri– torios. Los herejes, después del tercer siglo, se multi– plicaron mús en la Iglesia; pero Dios suscitó numero– sos y sabios Apologistas. Doctores y Santos Padres, que lucharon contra el paganismo, la falsa filosofía y la herejía. Con la predicación y con los escritos defendieron la fe y consolidaron b. Iglesia contra toda especie de ad– vcrsanos. Las misiones se extendieron también en Abisinia, · 106

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