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DÍA II.-<{DIES CCGNITIONISll !.l3 trario, un sacerdote fiel, fervoroso, que se ha es– forzado por cumplir con sus deberes, tendrá un premio especial en el cielo. En la casa de mi Pa– clrg hay muchas mansiones (139). Resplandece– rán quasi stellae in perpetuas aeternitates ( 140). ¡ Qué recompensa espera el sacerdote santo des– pués de haber ofrecido tantas misas; después de tantos oficios, rosarios y oraciones que hizo y en - señó a hacer; después de tantos sacramentos ad– ministrados, de tantas predicaciones y enseflan– zas, de tantos moribundos asistidos y de tantas lá– grimas enjugadas! Ministerimn tuum imple! .0411. Cumplamos con nuestro ministerio sublime, gran– de y divino entre los divinos, y pasemos por el mundo como el divino Redentor, haciendo bien a todos, Pertransiit bene facienclo (142); porque Él será nuestra eterna recompensa, Ego rnerces tua 11ia11w nimis (143). .Toann.. XIV, 2. Dan.. XII. 3. 1141 í ll Tim., IV, 5. I 142) Act., X, 38. (143) Gen., XV, l.