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784 ((ALVETINIA» tiempo en el período del noviciado o de forma– ción; es necesario continuar durante toda la vida. La observancia de los votos, de las reglas, de las constituciones, de los deberes del propio ofi– cio, es de siempre. El empeño por hacerlo todo bien y adquirir la perfección nunca debe cesar; porque en el momento Que éste cese se retroce– derá. Es necesario que un día, un mes, un año, l::i. vida entera, se persevere en la vocación abra– zada. Si persevrramos en la práctica de la vir– tud, perseveraremos también en la vocación reli– giosa, y Dios nos concederá la perseverancia fi– nal; de lo contrario. una y otra peligran. Por esto nos inculca S. Buenaventura que la penitencia todos los días sea nueva y reciente y que cada uno diga siempre: Nunc coepi, como el Seráfico Padre S. Francisco, que próximo a la muerte decía que entonces empezaba a obrar bien: Hermanos, comencemos y progresemos, que hasta ahora poco hemos hecho (162). 11. MOTIVOS DE PERSEVERANCIA Indicamos algunos motivos que nos impulsen a perseverar en el bien empezado y en las resolu– ciones hechas. 1. La gratitucl.--La gratitud es obligatoria pa– ra con nuestros bienhechores. Dios es nuestro mayor bienhechor. ¡ Cuántos beneficios generales y particulares no hemos recibido del Señor du– rante toda nuestra vida! ¡Cuántas gracias nos ha concedido la misericordia de Dios en estos días de retiro espiritual! Ha iluminado nuestras inte– ligencias, ha movido nuestras voluntades, ha in– flamado nuestros corazones, nos ha colmado de paz, de consuelo y de dulzuras celestiales. Po– demos exclamar con David: venicl, escuchad y os contaré cuántas mercedes ha hecho Dios a mi (Hi3) Comm. in Luc., e IX, n. 38, t. VII, p. 228.

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