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780 «ALVERNIA)) l. NATURALEZA Y NECESIDAD DE LA PER– SEVERANCIA La palabra perseverancia indica duración per– manente y constante en una cosa. Se puede to– mar E.n muy diversas acepciones. Sólo mencio– namos las principales que hacen a nuestro pro– pósito. 11 J:'crseverancia en la gracia santificante.– Perseverar en la gracia es la conservación del estado de gracia y amistad de Dios. Puede ser temporal o perpetua: temporal o imperfecta, si el hombre se mantiene en estado de gracia por un período notable de tiempo, pero no hasta el fm de su vida; perseverancia perpetua o perfecta, si conserva el estado de gracia toda su vida. Se llama perseverancia final si el hombre une la muerte en estado de gracia santificante con la v1da eterna. Esta perseverancia final es un gran don de Dios, que no se puede merecer de condigno, co– mo está declarado por el Concilio Tridenti– no (1::>JJ; se putde, sin embargo, merecer de con– gruo, por la oración, las buenas obras y la con– tianza E:n Dios .(151). Dejamos a una parte las cuestiones teológicas que se refieren a la perse·– verancia final y sus relaciones con la gracia y pn:ctestinación. Lo que prácticamente nos inte– resa. es conservar siempre en nuestras almas la gracia, perseverar continuamente hasta la muer– te en la amistad de Dios. Por la gracia santifi– cante nos justificamos y vivimos de la vida so– brenatural de Dios; pero la llevamos en vasos muy frágiles que fácilmente se rompen; por tan– to, es necesario vivir con mucho cuidado y vigi– lancia. Los enemigos internos y externos, las ten– taciones y los peligros son muchos; en todas par– tes y en todos los momentos se tienden lazos para (150) Cfr. DENZ.-BANNW., n. 832. (151) Cfr. Dict. de Théol,. cath., t. XII, p. I, col. 1.256- 1.304.

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