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DIA X Conjerencia III (XL) DE LA DEVOCION A LOS ANGELES Y A LOS SANTOS Fidi turbam 111ag11a;11, c¡uain di• nunierare ncnzo poterca, ex 01n1Li– b,rn aentil.Jcis ..., stante ante thro– num et in conspcctu Aoni. Vi una turba gr:mdo c¡ue ninguno podía contar, de todas las gentes... que estaban ante el trono en pre– sencia del Cordero. (Apoc.. VII. 9.) La virtud de religión nos inclina a dar culto a Dios por su santidad, excelencia, dominio, po– der y bondad; este culto se extiende también a Jesucristo, la Virgen, los Angeles y los Santos, por la excelencia, santidad, poder y bondad que Dios mismo les ha comunicado. El culto que tributa– mos a Dios y al Verbo Encarnado, Jesucristo, se llama de latría; el que tributamos a la Virgen Inmaculada, de hi11erclulía; el que damos a los Angeles y a los Santos, de dulía. El culto es in– terno y externo, privado y público. Los cultos es– peciales que realizamos hacia Dios, las Personas divinas, el Verbo Encarnado, la Virgen, Angeles y Santos, suele 11:::nnarse devoción, o devociones especiales. La devoción sustancial, dice Santo Tomás de Aquino, consiste en cierta prontitud de la voluntad para las cosas del divino servicio (108). Esta definición genérica es aplicable también a cada una de las devociones especiales acerca de los misterios y de las personas. F.n nuestros cul- \lüo¡ summ .. II, u. e¡. 82, a. I. C<ALVERNIA» 49

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