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760 «ALVERNIA)) el) Imitemos sus santidades, sus virtudes, su vida, sus ejemplos admirables y asequibles a to– dos sus hijos... e) Consagrémonos a su servicio. Pongámonos bajo su amparo y protección. Consagremos nues– tro cuerpo con sus sentidos, nuestra alma con sus facultades, nuestros bienes interiores y exte– riores, corporales y espirituales, temporales y eternos. Ofrezcámosla nuestros méritos, nuestl'as satisfacciones, nuestras impetraciones, todo cuan– to somos, tenemos y recibimos, para que lo con– serve, lo perfeccione y lo aumente... ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen Maria! Tú eres vida, dulzura y esperan– za nuestra. A Ti clamamos los desterrados en este valle de lágrimas, porque Tú eres nuestra abo– gada, nuestra medianera, nuestro consuelo. A Ti clamamos los pecadores, porque Tú eres nuestro refugio, nuestro puerto seguro, nuestra Madre de misericordia. A Ti clamamos los religiosos, los que aspiramos a la perfección, porque Tú eres el vaso más excelente de devoción, el ejemplar más aca– bado de perfección, Speculmn justitiae... A Ti sus– piramos todos los hombres, porque Tú eres la se– ñal de predestinación, Tú eres el arco iris de es– peranza, Tú eres la estrella polar de los nave– gantes, Tú eres el puerto seguro, Tú eres la puer– ta del cielo; por Ti entraremos en el palacio ce– lestial de la gloria. Así sea.