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754 ({ALVERNIA)) es la omnipotencia suplicante. Privilegio exclusi– vo de María es ser todopoderosa sobre el Corazón de Dios, tanto, que nada de lo que le pide se lo niega. Al poder de María está todo sometido, aun el mismo Dios, dice S. Lorenzo de Brindis: «Ma– ria, siendo verdadera Esposa de Dios y Madre de Jesucristo, tiene autoridad con Dios y con Cristo omnipotente como una esposa dilectísima con su esposo, una madre con su óptimo hijo, la que tuvo Ester con su esuoso Asuero, Bethsabée con Salomón su hijo» (90). Dios es el Señor y Dueño absoluto de todo, pero a. sus pies está postrada María suplicando; cuan– to ordena Dios se cumple, cuanto suplica María se concede; una palabra suya, una indicación basta para que todo se haga... Jesucristo le dice: Pedid, Madre, cuanto queráis; ya que Vos nada me negasteis en la tierra, Yo nada os negaré en el cielo; Vos, que me disteis todo cuanto de Hombre tengo y me custodiasteis durante mi vida, pedid cuanto queráis para vuestros devotos ... Los ruegos de María, siendo ruegos de Madre, ne– cesariamente deben ser oídos. Su omnipotencia suplicante es cierta. ¿Qué necesitará. pues, para mov-er a Dios a nuestro favor? Quererlo... b) Bondad.-Maria, no sólo puede, sino que también quiere. La Iglesia le aplica estas expre– siones de la Escritura: En Mí está la gracia para conocer el camino de la verdad; en Mí toda es– peranza ele vida y de virtud (91). Quien me oye no quedará confundido (92). Quien se acoge a Mí, no ])ecará C93). Y quien me honra alcanzará la vida eterna (94). Venid, ]Jues, a Mí todos los que me necesitéis (95). Nadie debe temer o vacilar; así, justos como pecadores, tienen derecho a las ter- Mar/ale. Oprra omnia. t. I, JJ. 110. i In gratia omnis viac et 1•eritatis. in me orn- nis· (fl2) (931 ,fl41 Qui JbicL. V. 31. !'t virt1itis. Eccli.. XXIV. 25. auclit me confundetur. Ecr::ti .. , XXIV, 30. in me non peccabunt. lbid.. me, vitam aeternam. habebunt. W5) Transite ad ll>id, ·• 2(l. me omnes qui concupiscU'is me