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752 «ALVE!lNIA)l cir con Salomón: Muchas vírgenes congregaron riquezas celestiales; pero la Virgen de las vírge– nes S1lJJeró a todas (84). El Angel la saluda: A.ve gratia plena; verdaderamente plena, porque a los demás se les prestó por partes, a María se– gún toda la plenitud de que era capaz. El Es– píritu Santo la llenó plenísimamente, sin medi– da, de todos los dones y tzracias que una pura criatura es capaz de recibir; por esto dice el B. Escoto que ningún otro pudo ni podrá equi– parársele en santidad (85). Tocó lo más cerca posible los límites de la santidad de Dios, se aproximó a la fuente y principio de toda santi– dad, Dios Nuestro Señor. Veneremos, pues, a la Madre de Dios y nues– tra, tributemos culto a su dignidad, a su santi– dad, a sus virtudes, a sus gracias, a sus dones, a todas sus excelencias; culto interno con el en– tendimiento y el corazón; culto externo con la boca, las alabanzas; culto privado dentro de nuestras habitaciones; culto público y colecti– vo... Tributemos ese culto visitando sus santua– rios, sus iglesias, sus altares, sus imágenes... ; ce– lebrando sus misterios, sus festividades, sus advo– caciones... ; practicando las devociones del pue– blo cristiano, sancionadas por la costumbre o la autoridad de la Iglesia, como el Oficio parvo, el Oficio de la Inmaculada, la Piissima, el mes de Mayo, el Santo Rosario, el Anqelus, la prácti– ca de las Tres Ave Marías, las Letanías laureta– nas, el Sub tuum praesidium, O Domina mea ... , Memorare o piissima Virgo ... , etc. Hagamos con devoción sus novenas... , alistémonos en sus Co– fradías, llevemos sus escapularios ... En una pa– labra, veneremos con todos los medios que estén a nuestro alcance las prerrogativas de nuestra excelsa Madre ... (84) Multac congrcgarcru.nt clidtias: tu sn- perarPssa es Pro1•., XX...XI, 28, (85) O.r., IV, d. 25, q. II. n. 4.

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