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DÍA X.-«DIES ACTIONIS ET DEPRECATIONIS» 729 postrarse ante los altares y ante los sacerdotes para que sea adoración y súplica, arrepenti– miento y perdón, temor y amor, deseo y esperan– za de vida eterna y de la feliz visión de la Tri– nidad beatísima» (26). 4. Apostolado de los sacramentos.-Jesús ins– tituyó los sacramentos y comunicó la potestad de administrarlos a los sacerdotes. Dejemos ahora el apostolado que pertenece a los prelados, a los párrocos o a otras personas, según los cánones. Nos concretamos al apostolado de la Comunión frecuente, a la preparación de los niños o de las personas mayores. Sacerdotes y seglares pueden concurrir a este género de apostolado. Pero donde se ejerce un apostolado más eficaz y más íntimo es en el confesonario. El sacerdote, revestido de ciencia, de celo, de amor a las al– mas, de paciencia y de sacrificio, ejerce un in– flujo extraordinario en las almas por medio de la confesión y de la dirección. ¡ Cuánto bien pue– den hacer los confesores y directores santos y conformes con el Corazón de Cristo! ... ¡Qué con– suelo para los pecadores y qué satisfacciones para los ministros de Dios! 5. Apostolado de la prensa.-Hoy, la Pren– sa es una gran potencia moral. El mundo mo– derno forma sus opiniones y sus ideologías se– gún la Prensa que lee. Dime con quién andas y te diré quién eres. Dime qué cosas lees y te diré qué piensas. La Prensa en general hace mu– cho mal y mucho bien, propaga el error y la ver– dad, ofrece al alma nutrimento sano o veneno mortífero. Quien lee, come; porque las lecturas suminis– tran las ideas a la mente, que son su alimento. ¡Cuánto cuidado tenemos para nutrirnos de ali– mentos sanos para conservar la salud y fortificar el cuerpo! Con mayor motivo tenemos que cuidar de nutrir nuestra inteligencia con conocimientos verdaderos. Ofrecer una buena lectura, un buen li- (26l L'Osservatore Romano. Discorso ai Predicatori della Quaresima, 25 febrero 1941. «ALVERNIAll 47,

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