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DÍA II.-(<DIES CCGNITIONIS)} 71 Camaldulense? Si tu carácter y tus inclinaciones te arrastran a la vida activa de predicación, de ens2fü:mza, de obras de caridad. de beneficencia, ¿por qué te hiciste de vida contemplativa? Si tu modo de ser, tus aptitudes, inclinaciones y carác– ter se prestan más para el retiro, la soledad, el si– lencio, ¿por qué te pones en medio del bullicio de las clases, de los gritos de los enfermos o de los disparates de los dementes? Antes de profe– sar en una Orden debes considerar bien si Dios te llama para ella; si tienes verdadera vocación para vivir conforme a su legislación y finalidad. 16. Una vez conocida la vocación y abrazado un Instituto determinado, es necesario perseverar y vivir conforme a su legislación, penetrar en el es– píritu de su historia, en las virtudes de sus san– tos ... El anciano Tobías aconsejaba a su hijo: Pide a Dios que dirija tus caminos, y todos tus consejos o determinaciones verrnanezcan en Él (86). No queráis. dice s. Pedro, veregrinar en el fervor (87). Y S. Pablo: Considerad vuestra vo– cación (88), y vermaneced en ella .(89). El justo debe seguir su camino (90), dice Job, según los designios de la divina Providencia, y no dejarse llevar de las ilusiones, veleidades o caprichos. III. ESTIMA Y ESFUERZO DEL RELIGIOSO POR CONSEGUIR LA PERFECCION 17. No es lo mismo vivir en estado de perfec– ción que aspirar a la perfección. Hay seglares que viven en el mundo, no se han ligado con votos en ninguna religión, y, sin embargo, son almas fervorosas que aspiran y trabajan por conseguir la perfección personal. Desgraciadamente, existen (86) Pete ab eo (Deo), ut rias tuas diriuat, et onn:ü1 consilia tua in ipso permcmeant. Tob., IV, 20. (87) Carissimi, nolite perearinari in fervore. I Petr., IV, 12. (88) Videte vocationem ·vestrmn, fratres. I Cor., I, 26. (89) U1ii1squi,·que in qua ·vocationc vocatus est, in ea perinaneat. I Cor., VII, 20. (90) Et tenebit justus viam suam. Job., XVII, 9.

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