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DÍA II.-(<DIES COGNITIONIS)) 69 ------ ----------- camino y no extravíe, tomando una direcci'ón contrur:2. o por vías difíciles que no podrá llegar a la cima de la montaña santa. 13. En el estado religioso hay una perfección que pudiéramos llamar genérica, es decir, común a toda clase de religiosos, que consiste en la ob– servancia de los consejos evangélicos, prometida con voto en la profesión. Este es un elemento esen– cial a toda Orden o Congregación. Hay otra clase de perfección que podemos denominar específica, propia y característica de la religión en que se profesa, relacionada siempre con sus fines, me– dios y legislación. Otra tercera es la perfección individual, que cada uno posee por las virtudes o santidad que haya adquirido. Este. santidad individual, personal, propia de cada uno, no sólo debe conformarse con la gené– rica de todo religioso, sino también con la especí– fica de cada Instituto. Cada uno debe caminar a la perfección por los medios, las normas, los modos que le marque su religión. Cada una tiene su ob– jeto, sus fines, sus medios, su vida propia. La vida de un Cartujo no puede ser la misma de un sa– lesiano; la de una Capuchina de clausura como la de una Hermana de la Caridad ... Es evidente que una Hermanita de los pobres no se santificaría si, abandonando el cuidado de los ancianos desamparados, se dedicara al retiro y a la vida contemplativa, faltando a sus deberes. Ni une, Carmelita de rigurosa clausura, si quisiera dedicarse a obras externas de celo, asistencia a los pobres, enseüanza, etc , prescindiendo del coro, de la observancia, de la oración... Esto sería an– dar por caminos extraviados, cometer mil yerros, dejarse llevar de falsas ilusiones, obrar expresa– mente contra la voluntad de Dios. El que va con– tra la voluntad de Dios es absolutamente impo– sible que se santifique. Cada Orden o Congregación tiene sus reglas, constituciones, costumbres, fisonomía, tendencias y modo de ser. Esas tendencias, esa legislación, esos caracteres, deben ser las luces que le deben conducir por el camino de la perfección. Nolite