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686 ((ALVERNIAll umon no es siempre igual, cambia de intensidad, hay una especie de flujo y reflujo en este océa– no divino. El alma en estos estados es más pa– siva que activa, trabaja menos y aprovecha más; recibe más que obra. Conduce a la práctica de las virtudes y la acción santificadora del Espíritu Santo es más fuerte. La unióp, por lo general, suele ir acompañada de amor, de reposo, de gozo, de dulzura y suavidad. Entrado se ha la Esposa En el ameno huerto deseado, Y a su sabor reposa, El cuello reclinado Sobre los dulces brazos del Amado (101). III. ASCENSIONES EN LA CONTEMPLACION INFUSA No existe uniformidad entre los autores mís– ticos acerca de la clasificación de los grados de contemplación infusa. Unos pon:m más, otros menos. Lo que unos juzgan grados, otros creen que se trata de simples modificaciones o circuns– tancias de un mismo grado. El P. Scaramelli pone doce: oración de recogimiento pasivo, si– lencio espiritual, quietud espiritual, embriaguez espiritual, sueño espiritual, ansias y sed de arriar, toques divinos, unión mística sobrenatural y frui– tiva en general, unión simple de amor, unión estática de amor, rapto del alma en Dios, unión perfecta, estable y transformante (matrimonio espiritual) (102). El P. Germano, en la Vida dé Santa Gema Galgani, trata de nueve: recogimien– to, silencio, quietud, sueño, embriaguez, llama de amor, sed de amor, toque divino < esponsa– les), matrimonio espiritual (103). El P. Poulain los reduce a cuatro grados fundamentales: quietud, (101) SAN JUAN DE LA CRUZ, O. C., J). 576. (102) Cfr. Dirctt. mist. (103) P. GE~MM:o nr s. Gcmmn Galgar ni, pp. 330 y sigs. lsola del Llri,

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