BCCCAP00000000000000000000622
DÍA IA.------({DIES UNiONIS MYSTICAElJ 683 el alma. Lo::; estados místicos llaman luego la <.1tención por la impresion de recogimiento y de unión que hacen experimentar en el fondo del alma justa y purificada. La verdadera diferencia entre el recogimiento activo de la oración ordi– nana y el recogimiento l]asivo de la contempla– c10n infusa consiste en que en el estado místico l.Jios no se contenta con ayudar a pensar en El u a ponerse en su divina presencia, sino que El mismo da y comunica esa presencia de una manera experimental, es decir, hace sentir que realmente entra en comunicación con el alma y que la penetra, la mueve y la posee. En los grados inferiores, de un modo más oscuro y me– noi:i sensible; pero a medida que se va elevando a los grados superiores, experimenta mayor clari– dad, gozo, penetración y posesión divina. Es de observar que hay una diferencia muy profunda e4tre pensar a Dios y sentir a Dios .(91) con los sentidos espirituales (92). En las oraciones ordi– narias se tiene un conocimiento abstracto de Dios por medio del discurso del entendimiento; pero en la unión mística se siente a Dios pre– sente. Viene a ser como una posesión manifiesta y experimental de Dios, que no proviene por vía de abstracción, razonamiento o acto de fe, sino por noticia sentida. El alma siente en sí misma la presencia y la acción de Dios. El místico tie– ne certeza espiritual y experimental de que Dios está en su alma, no por abstracción, ni por vía de imaginación, ni por su propia industria, sino por una generosa y gratuita comunicación divi– na que le causa quietud, sosiego, suavidad, gus– to y amor. Como dice Scaramelli, «de este sentir a Dios presente nace una gran quietud, una gran paz, un gozo muy suave, el cual procede de lo más íntimo del alma, es decir, de aquel lugar en el cual Dios hace sentir al alma su dulce presen- (91) Cfr. A. PoULAIN, S. J., Des gráces d'oraison men– tale, cap. V. (92) Ibid., cap. VI.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz