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DIA IX Con_'erencia I (XXXIV) DE LA ORACION 1\/IENTAL Oportet semper orare. Conviene orar siempre. (Lne., XVIII, l.) Uno de los medios más necesarios y eficaces para conseguir la salvación y la santificación del alma es la oración. Mucho se ha escrito en todo tiempo de la oración. Ex·.sten largos tratados acerca de sus excelencias, naturaleza, divisiones, modos, formas, eficacia, condiciones, etc. La ma– teria es abundantísima, y, por tanto, dificil de reducir a síntesis. Mucho más en una simple plá– tica, donde no es posible extenderse demasiado. Se impone la necesidad de abr:::viar y omitir mu– chas cosas. Dejando para las aulas muchas dis– cusiones teóricas acerca de la oración, y para los autores ascéticos y místicos muchas cosas que se refieren al método, a las divisiones, a los gra– dos, etc., nos concretaremos sólo a indicar algu– nos puntos más principales y que nos pueden servir de mayor provecho en las actuales cir– cunstancias. Sucintamente hablaremos de los si– guientes puntos: I. Naturaleza y divisiones de la oración. II. Eficacia y condiciones de la oración. III. Necesidad ele la oración. I. NATURALEZA DE LA ORACION ¿Qué es oración? Muchas y muy variadas defi– niciones se han dado de la oración. En los tra– tadistas de Ascética y Mística se encuentran des•