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DIA IX «DIES UNIONIS MYSTICAE» l. El hombre que vive en gracia santificante está unido a Dios por las tres virtudes teologa– les. Pero, además de esa unión, necesaria para la salvación eterna, las almas que tienden a la perfección aspiran a una unión mucho más ele– vada e íntima con Dios Nuestro Señor. Esa unión de amor crece y se desarrolla por medio de la oración y contemplación. 2. Como prolongación de la oración mental y medio de vivir unidos activa y habitualmente con Dios, debemos ejercitarnos en la presencia de Dios en todos nuestros trabajos y ocupaciones. 3. Fruto de la oración y de la presencia de Dios debe ser la omnímoda conformidad con su voluntad divina en la prosperidad y adversidad, de tal modo, que entre Dios y el alma exista perfecta unión de voluntades. «ALVERNIA» 42