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nIA II Conferencia III (IV) FIN DEL RELIGIOSO B) DE LA PERFECCIÓN RELIGIOSA. Frcitre ...• perfecti estote. Hermanos... , sed perfectos. (II Cor., XIII, ll.) l. Correspondiendo al llamamiento divino, en– tramos en religión. Transcurrido el tiempo de pro– bación, emitimos los votos, prometimos observar– los y vivir en conformidad con la legislación del Instituto u Orden que abrazamos. Aquí empieza la segunda fase de nuestra vida religiosa. 2. El nombre de religioso viene de la palabra latina religare, que significa volver a atar o ligar una cosa. Todo hombre está ligado naturalmen– te con Dios Creador, de quien ha recibido todo cuanto tiene. En virtud de su dependencia, está ligado a Dios moralmente por las leyes naturales conocidas por la razón. Todo cristiano está tam– bién ligado por medio de la fe recibida en el bau– tismo, que le hace miembro de la Iglesia. Pero hay una porción de almas generosas que no se contentan con los vínculos generales de hombre y de cristiano, sino que se religan voluntariamen– te con los votos, para asegurar mejor su salva- , ción y tender más fácilmente a la perfección. A éstas se las llama por excelencia religiosas. Conocidas ya las ventajas de la vocación reli-– giosa, vamos a tratar de las obligaciones y fina– lidades que impone este estado especial de per– fección.
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