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54 «ALVERN!All cia, la pobreza, los medios de perfección, se con– serva con mayor facilidad. Los que en el mundo se tragaban los pecados veniales como agua co– rriente y de los mortales quizá no estaban exen– tos, en el claustro se esfuerzan en evitar unos y otros. La experiencia enseña a cada uno que en el estado religioso se vive con más pureza de conciencia. b) Cadit rarius. Si por desgracia el religioso tiene la debilidad de caer en culpa grave, no será habitualmente y con frecuencia; porque en este caso es muy difícil o moralmente imposible que persevere en la religión por mucho tiempo; vol– verá a alimentarse de las cebollas de Egipto, de– jando el maná del cielo. Si un religioso adquiere el vicio habitual de quebrantar en materia gra– ve los votos y no se corrige radicalmente, es mucho mejor que se vaya... c) Surgit velocius. Si por fragilidad humana, por una fuerte tentación o una ocasión impre– vista, por circunstancias especiales, el religioso cae en la culpa grave, no permanecerá en ella por mucho tiempo, se levantará velozmente; por– que la oración, las lecturas espirituales, el ejem– plo de los demás religiosos, la necesidad de acer– carse a los sacramentos, la vigilancia y exhorta– ciones de los Superiores, las continuas gracias que llueven sobre las comunidades observantes... , le harán levantarse con presteza. Se arrojará con– trito y humillado a los pies del confesor, que con caridad paternal le c1,yudará a levantarse y le exhortará a caminar adelante ... d) Incedit cautius. En el mundo, los pobres mortales van por un camino resbaladizo y fan– goso, tropezando, cayendo y manchándose. Por ignorancia, fragilidad, malicia o mal ,ejemplo se van precipitando en un abismo de pecados. Aquí en la religión, la inteligencia está más instruida, conoce mejor las obligaciones morales y el cami– no recto que conduce al cielo. La conciencia está mejor formada, la vida más regulada, los medios más abundantes, los consejos más ;frecuentes, el temor de Dios más fuerte ... , lo cual hace que el