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DÍA II.-(<DlE'i CCGNITIONIS)) 47 le. En sus obras de la naturaleza y de la gracia aprenderé los arcanos de su sabiduría, las ternu– ras de su bondad, la grandeza de su poder, los portentos de su misericordia. En ellas y por ellas bendeciré, alabaré y serviré a mi Dios y Señor. Si he servido con fidelidad a mis parientes, a mis amigos y hasta a mis pasiones, en adelante serviré con fidelidad a mi Padre celestial. al amigo de mi alma, a mi bienhechor, mi glorificador, a mi Dios y mi todo ... Si no amo a Vos, ¿a quién amaré? ¿Al mundo, que me engaña? ¿A la car– ne, que me envilece? ¿Al demonio, que me pier– de? ¡Ah, no! Eso sería dejar a Dios por la cria– tura, al amigo por el enemigo, al bien por el mal .. Dios y Señor mío, desde hoy prometo pasar el r2sto de mis días en vuestro santo servicio: en conoceros, amaros y alabaros. Os diré humilde– me::1t0 con el seráfico Padre S. Francisco de Asís: «¡Oh soberano omnipotente, santísimo y altísimo D:os, bien supremo, todo bien, sumo bien y que sólo eres bueno! A Ti tributemos toda alabanza, toda gloria, toda acción de gracias, todo honor, toda bendición ... » (43). Así sea. , 43) Cfr. Opuse. S. Francisci Ass., pág. 12:J, ed. Col!B– ,>;ii S. Bonaventl1rae. guaraccl1i, lf,)04.