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DÍA II.-«DIES COGNITIONIS)) 43 ---------- dr á s obtener de las criaturas una felicidad ver– dadera, durable y completa... Los deseos del hombre son infinitos, y sólo un ser infinito puede saciarlos. Sólo la Verdad infi– nita puede saciar nuestro entendimiento; la Bon– dad infinita, nuestra voluntad; la Belleza increa– da, nuestro corazón. Sólo en el servicio de Dios encontraremos el objeto udecuado de nuestra fe– licidad futura y presente. Luego nuestra recom– pensa es grande sobre manera (30). V. OLVIDO DEL FIN 17. El hombre creado para un fin tan exce– lente con frecuencia se olvida o se separa de él voluntariamente. Ya lo dijo el Profeta: El hom– bre estando en honor no lo entendió, se comparó con los jumentos insipientes y se hizo semejante a ellos (31). En lugar de servir a Dios como fieles hijos, obligamos a Dios a que nos sirva a nosotros, como dijo Isaías: Mo habéis hecho servir en vues– tros pecados (32J. Dios nos ha impuesto una ley suave y una carga ligera; nos dió a su mismo Hijo como Redentor y Modelo, nos ofrece con abundancia sus auxilios, y, sin embargo, nos re– belamos contra Él, despreciando su Ley, diciendo dentro del corazón: No te serviré (33). Si. un amigo te pide un favor, le respondes con cortesía: «Lo haré con mucho gusto.» Tu Creador. tu Padre celestial, tu mejor Amigo, te pide que le sirvas en una pequeña cosa, y te niegas a hacerlo.. ¡Oh perversidad del corazón humano! De todas las criaturas irracionales consigue Dios su fin. Los cielos publican su gloria; el firmamento anuncia sus obras; todas las criaturas inferiores al hom- (30) E.ao protector tu.us suin, et merces tua magna nimis. Gen., XV, l. . (31) Et hamo cuin in honore esset, non intellexit; comparatu.s est imnentis insipientibus, et similis factus est illis. Ps. XLVIII, 13. (32) Vermntainen servire me fecisti in peccatis tuis. Is., XLIII, 24. (33) Non sen·ia.m. Jer., II, 20.

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