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DIA II Conferencia 1 (ID DEL FIN DEL HO}IBRE Universa. propter cemetipsum oJJc– ratus est Dominus. Todas las cosas obró el Señor por SÍ illÍSlllO. (Prov., XVI, 4.) l. Los edificios se empiezan a construir por los fundamentos; así, el edificio de nuestra santifica– ción debe empezar por las verdades fundamenta– les de la religión. Una de estas verdades es el fin del hombre, cuya consideración es como base de granito que sostiene a Dios en nuestro corazón. Los directores de Ejercicios generalmente la po– ne:i como primera meditación, porque es el fun– damento y origen de otras muchas. La conside– ración del fin del hombre es como una palanca fuerte que sirve para mover a los pecadores a pe • nitencia y a los justos a la perseverancia. Como erns catedrales góticas, maravillas del arte, se consErvan a través de los siglos, resistiendo a todas las tempestades e inclemencias de los tiem– pos, porque están construidas sobre sólidos fun– damentos; de semejante manera, las almas bue– nas resisten a todas las tempestades del averno y contrariedades de los tiempos, si están bien cimentadas sobre esos principios sólidos de la santidad. 2. La consideración de los destinos eternos movió a tantos monjes y anacoretas a dejar el mundo y retirarse a la soledad; impulsó a castas doncellas a consagrar sus blancos lirios al Divi– no Esposo de las almas; obligó a soportar atro-