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DIA IV «DIES Tfü'l:ORIS» Después de los pecados, consideramos las pos– trimerías del hombre, que son otros tantos mo– tivos para huir de la culpa y vivir en el santo temor de Dios. Al mismo tiempo explicaremos en dos conferencias la mortificación cristiana, que tiene por objeto moderar y ordenar los sentidos, las pasiones y facultades del hombre, para que camine por la recta senda que conduce a la eter– na felicidad. Por tanto, las consideraciones de hoy tratarán: I. De la muerte. II. De la mortificación en general. III. De la mortificación en particular. IV. Del juicio particular y general. Conferencia I (XII) DE LA MUERTE Statutuin est homíníbus semel mori. Está establecido que el homl1re 1nuere una sola vez. (Hebr., IX, 27.) l. El pecado mortal es un mal gravísimo que sumamente ofende a Dios y hace al hombre reo de eterna condenación. ¿No habrá remedios para evitar las culpas? El Espíritu Santo nos indica los remedios eficaces en la meditación de las pos– trimerías. Acuérdate de tus postrimerías, y no

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