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20 «ALVERNIA)} demolido y revestirte del nuevo hombre creado en justicia y santidad. b) Tu, quis, es? ¿Quién eres tú? ¿Un religioso tibio, negligente, abandonado, disipado, cubierto de pecados veniales como de una lepra? ¿Eres como una débil caña que se quiebra o se dobla a todos los vientos? Entonces necesitas ciertamen– te los santos Ejercicios a11tes que el Señor pro– nuncie contra ti aquella terrible sentencia: Por– que eres tibio, te empezaré a arrojar de mi bo– ca (23). Desde este santo retiro adquiere fuer– za para combatir con denuedo y salir de ese esado vacilante entre D:os y las criaturas. ¿Has– ta cuánclo vacilarás entre dos partes? (24). Con las gracias recibidas durante el retiro «riega lo que está árido, sana lo que está enfermo, dobla lo que está rígido, calienta lo que está frío, dirige lo que está extraviado». El Espíritu Santo te ilu– minará y te dará la fortaleza, si con humildad se la pides. En el silencio y en la esperanza estaró. tu fortaleza (25). Tu empeño princiual será con– formar tu vida con la de Cristo. Rcformata con– formare, et conformata confirmare. Arráigate en las virtudes sólidas; sin flaquezas ni vacilaciones sigue a Cristo, tu divino Maestro, hasta la cima del Calvario ... c) Tu, quis es? ¿Quién eres tú? ¿Eres fervoroso, sientes vivas ansias de perfección, te esfuerzas por progresar en la vida espiritual? También a ti te convienen los santos Ejercicios para despren– derte más de las criaturas, fortificarte más en las virtudes, subir a mayores grados de perfec - ción, unirte más estrechamente con Dios. La c:1- ridad no tiene límites. El que es justo se justi– fique más (26). Dilata los senos d? tu corazón (23) Quia t.epicl.us cs... incirriam te evomere ex ore me0. Apoc., III, 16. /24) Usqucquo claudicatis in duas partes?, III Reg., XVIII, 21. (25) In silentio et in spc erit fortitudo vestra. Is., XX.X, 15 (26) Q1ii iustuc Pst, iustificetur adhuc. Jl.poc., ~x¡r, H