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198 «ALVEllNIAll ----------------------- 5. Reato de cul.pa y pena. Que el pecado ve– nial contiene un reato c!e culpa, lo hemos dicho al hablar de su naturaleza y malicie. Es una ver– dadera ofensa de Dios, que le causa desagrado e indignación... Causa, además, reato de pena temporal. El 2.lma que muere con pecados ve– niales no sufrirá la pena eterna de daño y de sentido como el que muere en pecado mortal; pero en primer lugar se privará de aquella glo– ria que correspondería a los actos de las virtudes que no practicó, y en segundo lugar la pena de sentido y de daiio por tiempo más o menos largo. La pena de sentido, cuya naturaleza no conoce– mos en este mundo, porque unos autores la pin– tan muy suave y llevadera, otros la comparan con la del infierno, con sola la diferencia que la del Purgatorio tendrá fm y la del infierno no. Sea lo que fuere acerca de la naturaleza de las pe– nas, es cierto que las hay, que el alma tiene que expiar las culpas leves; porque nada man– chado puede entrar en i¿l reino de los cielos .(201). Antes de entrar en la gloria tendrá que sufrir la sanción correspondiente a sus pecados venia– les y la de los pecados mortales ya perdonados en este mundo. Pero en lo que no hay opinio– nes es en la pena de daño. Las almas que mue– ren con pecados veniales serán privadas de la vista de Dios por un tiempo proporcionado a sus culpas. Ese tiempo no sabe: 0 mos cuánto es, pero la duración ser:i proporcional al número, grave– dad, malicia, etc., de los pecados veniales o mor– tales perdonados. Esas almas que aman tierna– mente a Dios, que anhelan con vehemencia po– seerle, que ansían contemplar su faz, se verán privadas de esa felicidad. Verán alzarse entr2 ellas y Dios esa barrera infranqueable de las mu– chas culpas veniales aún no purgadas suficiente– mente. Su estado será violento y de sufrimiento. Conocen que el castigo es justo y lo tienen bien (201) .Von intrabit in ewn uliquod coinquinutum. AJJOc., XXI, 27.

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