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DÍA III.-(<DIES CO:l!PUNCTIONIS» 193 otros fuimos creados para dar gloria a Dios con todos nuestros actos, obedeciendo entera y rendi– damente a sus mandamientos, sometiéndonos en todo a sus disposiciones. Luego cuando le nega– mos ese servicio, esa obediencia en cosa leve o mínima, le robamos esa parte de gloria que le correspondía por esos actos exigidos y mandados. 4. Es una ingratitud. Conociendo que Dios nos ha. hecho tantos beneficios naturales y sobrenatu– rales, que nos ha elegido para ser sus amigos y sus íntimos, que nos ha colocado en su mism::i casa, que somos sus comensales en el banquete eucarístico, es una neqra ingratitud negarle la correspondencia que nos exige por cosas de tan poca monta. Negarle nuestros servicios, nuestra generosidad, por seguir nuestros pequeños ape– titos, es una falta de nobleza, de gratitud por parte nuestra. Así no puede menos de enfriarse la amistad entre Dios y el alma... Para que mejor comnrendamos la ofensa y dis– gusto que causan a Dios los pecados veniales, pongamos un ejemplo: Supongamos un rey en quien se hallan todas las perfecciones, que tie– ne derecho y autoridad sobre todos sus vasallos, les ama con amor entrañable hasta dar la sangre y la vida por ellos, que les aliment'.l en su mis - ma mesa. Si entre los súbditos de ese monarca se halla uno que por satisfacer sus gustos no hace más que ofenderle, quebrantar sus mandatos, dis– gustarle con frecue-ricia y deliberadamente, y re– prendiéndol•3 tú, te respo:idiera: Eso es cosa de poco: son ofensas ligeras,.., ¿no te causaría in– dignación? Pues eso mismo sucede cuando se ofende a nuestro Rey a'nabilisimo, ,Jesucristo. que dió la vida por nosotros y nos da tantas pruebas de amor... ¿No le causará indignación? El pecado venial es un mal moral mayor que todos los males después del pecado mortal. Por este motivo suelen algunos autores ascetas escri– bir aue si por un pecado venial s':' pudiera sal– var un hombre de la muerte, librar al mundo de las guerras, sacar a los condenados del infierno... , • no seria licito decir una sola mentira. Porque to-