BCCCAP00000000000000000000622
192 «ALVERNIA)l enérgicamente, si se quieren evitar los grandes males que acarrean a las almas. Para ello consi– deraremos su malicia. U. MALICIA DEL PECADO VENIAL l. El pecado venial es una desobediencia contra Dios. Porque la voluntad humana se rebela contra un precepto de Dios, quebranta una ley, leve sí, pero que está determinada por Dios. La voluntad de Dios dice una cosa y la voluntad humana hace la contraria; la criatura vil resiste a la autoridad de Dios. Luego el pecado venial es una cosa odio– sa a los o.ios de Dios. ofende su poder, su auto– ridad, su Majestad infinita. Es un verdadero dis– ~usto que se da a Dios, nuestro Legislador y Padre... 2. Es un desprecio que se hace a Dios. Cuando se comete la culpa leve se injuria y se insulta al mismo Dios. De una parte. se pone su volun– tad, su gloria, nuestro premio en el cielo y nues– tro castigo en Pl Purcratorio; de otra parte, se pone nuestro antojo, nuestro capricho, nuestr::t vanagloria, nuestra comodidad, nuestros gustos... Y nosotros preferimos darnos gusto a nosotros mismos antes que a Dios. ¿No es un de,;precio que se hace a las cosas de Dios? Se sacrifica una vo– luntad infinitamente recta y sabia. una gloria in– finita y debida, 0n aras de una volimtad sui''ta al error, de una gloria efímera y no debida. Lo de– clara. admirablemente la Doctora del Carmelo: «Que esto me parece a mí ser como quien dice: Señor, aunque os pese, haré esto; ya veo que lo veis, y sé que no lo queréis, y lo entiendo; mas quiero más se~uir mi antojo y apetito que no vuestra voluntad. Y que en cosa de esta suerte ha.y poco, a mí no me lo parece, por leve que sra la culna, sino murho y muy murhm, (194). 2. Es una mengua ele la gloria de Dios. Nos- (194) Camino de perfección, cap. XLI, n. 3, p. 519.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz