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DIA III Conferencia III (Xl DE LA HUMILDAD Quicnmr¡ue ergo h1tmilforerít se sicut parmllus iste. hic maior est in regno coe:oru111. (Matth., XVIII, 4.¡ l. La virtud opuesta a la soberbia es la hu– mildad. Como de aquélla nacen muchos vicios, de ésta proceden también muchas virtudes. Cuan– to es odioso el vicio, tanto es más amable la virtud. Los soberbios que quieren ser grandes en la tierra serán pequeflos en el cie:o, y los humii– des que son o aparecen aquí como pequeños, se– rán los verdaderamente grandes en el cielo. Refiere el Evangelista S. Mateo que en cierta ocasión se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron: «¿Quién será mayor en el reino de los cielos?» El divino Maestro llamó a un niflo, le colocó en medio de ellos y les contestó: «En verdad os digo que si no os hiciereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. El que se humille como este nifw, ese tal será mayor en el , reino de los cielos» .(128). Parece que los Apóstoles disputaban entre si cuál era mayor. Jesús, conociendo sus sentimien– tos de emulación y preferencia, les dió una lec– ción práctica de humildad, poniéndoles por mo– delo un niño, en el cual no hay ambiciones. Quie– re Jesús que sus Apóstoles y discípulos se funden (128\ Jl!atth., XVIII, 1 y sígs.