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DÍA III.-((DIES COMPUNCTIONIS)) 147 7. 0 Otros males. 'Por el pecado mortal suelen sobrevenir también otros males temporales: per– der el buen nombre, la fama, la estimación so– cial. la honradez, etc. Con frecuencia el vicio trae consigo muchas enfermedadrs corporales que mi– nan la salud y llevan al sepulcro. Ciertos peca– dos destruyen las fortunas, disipan los bienes, arruinan las familias, engendran las venganzas, causan las muertes desastrosas. El cúmulo de ma– les, aun materiales, causados por la culpa, supe– ran en mucho los breves placeres que se consi– guen por ella ... Aun bajo el aspecto material, el pecado es una cosa aborrecib:e Es enemigo del alma y del cUE:rpo, de los bienes espirituales y de los materiales. 8. 0 Reato de pena eterna. Hemos dicho que nuestro fin es la posesión de Dios, mediante la cual disfrutaremos la felicidad eterna, la gloria del Paraíso. El que es sorprendido por la muerte en pecado mortal será privado de esa inmensa felicidad, no podrá gozar de la presencia de Dios, de la compañía de la Virgen Inmaculada, ni de los demás santos y ángeles del cielo. ¡ Cuántos bienes eternos pierde por un solo pecado mortal! Pero no sólo eso. El pecador padecerá todos los tormentos del infierno por una eternidad sin fin. Sufrirá la pena de daño y de sentido, toda la sanción debida al pecado mortal. Sentirá por toda una eternidad el peso de la justicia divina el que en vida no se acogió a su misericordia, cuando liberalmente se le ofrecía. Como de la gloria y del infierno hemos de tra– tar más adelante, no nos detenemos aquí más. VII. CASTIGOS DEL PECADO a) En los ángeles malos. Elevad vuestra men– te al cielo y considerad la multitud inmensa de ángeles creados por Dios. son los seres más no– bles del universo, espíritus puros que le pueden conocer y amar sin dificultad El Arcángel San
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