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138 «ALVERNIA)) miramos las cosas prohibidas; la lengua con que le blasfemamos; las manos que se apoderan de lo ajeno; la sensibilidad que se revuelve en el cie– no; las gracias que despreciamos; las inspiracio– nes a que no correspondemos; los sacramentos que profanamos... De tres clases de bienes abu– san los pecadores en contumelia de Dios: de los bienes temporales, corporales y espirituales. «Con– sidera, añade s., Buenaventura, que abusas de to– das las criaturas, de todas las Escrituras, de to– das las gracias... Despreciaste el ministerio de los ángeles; rechazaste la abundancia de carismas y gracias; menospreciaste los mandatos y conse– jos de la Escritura; fuiste de tu parte desorde– nador de todas las naturalezas» (49). ¿Así corres– pondes a tu Dios? ¿Así pagas a tu Bienhechor? ¿Ese es el premio a sus bondades? ¿Esa es la gratitud a sus inmensos beneficios? Pueblo mío, ¿qué hice contra ti?; dime: ¿en qué te fuí mo– lesto? Respóndeme» (50). S1 estos lamentos con justicia se dirijen a todo hombre y todo cristiano, ¿con cuánto mayor mo– tivo a los sacerdotes y religiosos? Vosotros, que sois real sacerdocio, gente santa, pueblo de ad– quisición, que anunciáis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a la luz; ¿de ese modo correspondéis a vuestro amantísimo Bienhechor? Si mi enemigo me maldijese, lo toleraría; pero tú, religioso, sacerdote... , que comías a mi mesa rega– lados manjares; tú, que habitabas en la casa de Dios (51), ¿así te portas conmigo, de esa manera me tratas... ? Pueb~o electo, ¿qué hice, en qué te contristé? Respóndeme ... Si; responde al Señor, tu Dios y tu Bienhechor, y dile de lo profundo de tu corazón: «Pequé, Seüor, pequé contra el cie– lo y ante vuestra presencia. No merezco ser vues- (40) Serm. 4 Epip/wn., t. IX, p. 161. (50) Popule meus, quid feci tibi, ai¿t quid molestus fui tibi? Mich., VI, 3. (51) Quoniam si inimicus mens maledixisset mihi, sustinuissem utique... Tu vero hamo unanimis, dux meus et notus meus, qui simul mecum capiebas ctbos. Ps. LIV, 13-15.