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DÍA IL-'.<CIES CCG!\ITIONISll l'..:3 modo, que rr.;an nuestras buenas obras 11 glorifi– quen al Padre que está en los cielos ( 190l. En nuestra vida ordinaria seamos poetas, que cmltf:'mos las glorias de Dios; sacerdotes, que nos sacrifiquemos por Dios; apóstoles, que conquiste– mos almas para Dim::; santos, que santifiquemos toda n1iestra vida y todo nuestro obrar :oor Dios y según Dios, Que nuestros ojos miren siempre a Dios <191), CONCLUSIONES Y PROPOSITOS l. Dios es mi creador y mi fin. Me ha creado para reconocerle, amarle y servirle en este mun– do y después poseer:e durante toda la eternidad. Para conseguir este felicísimo fin me ha dado me– dios abundantísimos en el orden natural y sobre– natural. Luego debo mostrarme agradecido, co– rresponder a sus bondades, cantar sus misericor– dias, trabajar constantemente por conseguir mi fin, según los planes de la divina Providencia. 2. Para conseguir con mayor facilidad y se– guridad mi fin, el Señor me llamó al estado de religioso, que ofrece tantas ventajas en el orden espiritual, intelectual y material. Quid retribuam Domino? ¿Qué daré al Seflor por este cúmulo de teneficios? Vota mea redclam, Le daré mis vo– tos. l:J, fiel observancia de todos mis deberes reli– giosos y la perseverancia final en mi consagra– ción al servicio de Dlos en el estado de predilec– ción que me ha colocado. 3. El servicio de Dios es obligatorio. Los que se rebelan tendrán por sanción la condenación eter– na, el infireno; los que lo cumplen, la salvación, el cielo. Cueste lo que cueste, me propongo tra– bajar para conseguir el premio eterno, deseo a todo trance salvar mi alma. Este es un negocio 1HJO) Videant trem vcstrum, (191) Ocmli et glorificcnt Pa– V, 16, Ps. XXIV, 15.