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CAP. II.-FUNDAMENTOS TRADICIONALES 75 88. División.-Para mayor orden y claridad dividimos este ar– tículo en cuatro párrafos. Doctrina misional: 1, en los Padres Apos– tólicos; 2, en los Padres y escritores de los siglos u y ur; 3, en los Padres de los siglos rv y v ; 4, en otros Padres y Doctores de la Iglesia de los siglos posteriores. ~ !.-PADRES APOSTÓLICOS (2). 89. Los Padres Apostólicos (3), en contacto inmediato con los Apóstoles, de cuyos labios recibieron la doctrina evangélica y el depósito de la revelación, hacen frecuentes alusiones al uni– versalismo de la redención y a la extensión de la Iglesia por todos los países del mundo. Y no podía por menos, ya que ese univer– salismo estaba clarísimamente expresado en la -Escritura. 90. 1) Didaché (Doctrina Apostolorum).--Fué probablemen– te compuesta del 70 al 90. Expone las enseñanzas de Jesús comu– nicadas a las gentes por medio de los Apóstoles, como parece in– dicar el título primitivo: Doctrina Domini Gentibus per cluode– cim apostolos. De sus instrucciones dogmáticas, morales y litúr– gicas se deduce la universalidad de la Iglesia que estaba destinada a extenderse por toda la tierra, aunque esa universalidad dice que no ha de conseguirse hasta el fin del mundo. Da reglas y avisos oportunísimos a los misioneros para realizar con éxito esa glorio– sa conquista. Según la Didaché, se distinguen dos especies de ofi– cios eclesiásticos, unos de orden carismático o extraordinario, a los que pertenece el ministerio de la palabra, y otros propios de la jerarquía local. Los de orden carismático son tres: apóstoles, profetas, doctores. Los Apóstoles eran misioneros que debían pe– regrinar para propagar el Evangelio y extender el reino de Dios. Debían ser bien recibidos por las comunidades ya constituídas, en las cuales se encontraban de paso; pero siendo su deber peregri– nar para la difusión del Evangelio no podían detenerse más que un día o dos (4). Los profetas y doctores, generalmente, estaban fijos en una Iglesia particular, libremente elegida. Las funciones eclesiásticas de la jerarquía local se ejercitaban por los obispos y diáconos (5). (2) Se suelen enumerar entre los Padres Apostólicos los siguientes: La Didaché, Clemente Romano, S. Ignacio de Antioquia, S. Policarpo de Esmirna, Pseudo-Bernabé. el Pastor de Hermas, Papias de Gerápolis, la Epístola a Diognetes. (3) Son recomendables las modernas ediciones de los Padres Apostólicos de F. X. FuNK, Patres Apostolici, 2 vols., Tübingen, 1901; J. LIGHTFOOT, The Apostolic Fathers, 4 vols., London, 1889-1890. (4) Cfr. CASAMASSA, o. s. A., I Padri Apostolici. p. 28, Roma, 1938. (5) Cfr. EERTINI, O. c., pp. 133-150.

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