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CAP. I.-FUNDAMENTOS BÍBLICOS 71 78. Epístola a los Efesios. -- En el capítulo III afirma que los gentiles son coherederos de la gloria, incorporados y compartícipes de la promesa en Jesucristo por el Evangelio. Del cual yo he sido constituído ministro, según el don de la gracia de Dios, que se me ha dado, según la operación de su virtud. A mí, que soy el menor de todos los santos, me ha sido dada esta gracia de predicar a los gentiles las inestimables ríquezas de Cristo, y de manifestar a todos cuál sea la comunicación del sacramento escondido desde los siglos en Dios, que lo creó todo (229). 79. Epístola a los Filipenses.-Llegó a conocimiento de los fieles de Fi– lipo que San Pablo se hallaba preso en Roma, y despacharon inmediatamen– te a Epafrodito, para que le socorriese con dinero y le asistiese personal– mente, lo cual verificó prontamente con grande riesgo de su vida. San Pa– blo, que no acostumbraba a recibir nada de las Iglesias, admirado de tantas muestras de cariño, admitió la limosna. Por medio del mismo, les envía esta hermosa Carta, donde alaba su fe, les consuela, les exhorta a la mutua caridad, y, con las más tiernas expresiones de su gran corazón, les da las gracias por los socorros que le habían enviado: Gravisus smn autem in Do– mino 1·ellementer, qnoniam tandem aiiquando refloruistis pro me sentire, sicut et sentiabatis: occupati autem eratis (230). Es un magnífico ejemplo de cooperación al Apostolado que ofrecen los Filipenses a todos los cristianos de nuestros días, cuando los misioneros y misiones padecen tantas necesidades económicas (2:H). 80. Epístola a los Colosenses.-En ella representa a Jesucristo como ca– beza ele la Iglesia, que perdona los pecados y triunfa del demonio. Él es el solo Mediador entre Dios y los hombres, y por Él se reconciliaron todas las cosas. Yo he sido hecho ministro, según la dispensación de Dios, para dar cumplimiento a su palabra. El misterio que ha sido escondido en los siglos y generaciones, mas ahora ha sido manifestado a los santos, a los cuales ha querido hacer conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que Cristo e~ en vosotros la esperanza de la gloria, a quien nosotros anunciamos (232). 81. Epístola l." a Timoteo.--Encarga en el capítulo II que se debe hacer oración por todos los hombres, en especial por los reyes y grandes. Esto es acepto a Dios Nuestro Salvador, que quiere qu.e todos los hombres se salven y i·engan al conocimiento de la verdad (232). Porque uno es Dios y uno es el Medianero entre Dios y los hombres: Jesucristo Hombn', que se dió a sí mismo en redención por todos, para ser testimonio en sus tiempos. En lo que yo he sido puesto por predicador y apóstol (digo la verdad, no miento), Doctor de las Gentes en la fe y en la verdad (234). Este testimonio es clarí– simo y no necesita comentarios. 8~. Epístola a los Hebreos. - En los capítulos VII, VIII, IX y X, de– muestra que Jesucristo es el verdadero sacerdote, según el orden de Melqui– sedec; es Pontífice eterno y soberano que interpela por nosotros, Mediador del Nuevo Testamento, mucho más excelente que el Antiguo: Conocí que ¡229) Cap. III. (230) IV, 10. (231) Cfr. •E. DE VERA, S. J., La Epístola de S. Pablo a los Filipenses y la coopera– ción a! apostolado, Burgos, s. a. P. CONSTANTINO RoscH, O. M. Ca.p., «La Carta de la alegria y de La bondad», o sea la Carta a !os FiLipenses, trad. del alemán. por F. PLA– NAS. Palma de Mallorca, 1938. (232) I, 1-28. (233) II, 4. (234) II, 7.
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