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52 P. I.-MISIONOLOGÍA DOCTRINAL tuus veniet tibi iustus, et salvator, ipse pauper, et ascendens super asinam, et super putlum filium asinae (115). Trata de la edificación del templo (116); del Mesías como rey y sacerdote (117), cuyo reinado se extenderá por todo el orbe. Et erit Dominus rex super omnem terram (118). De Jerusalén sal– drán las aguas vivas (119), es decir, de la Iglesia brotarán las aguas vivas de la gracia, los sacramentos, la efusión del Espíritu Santo, la doctrina ... 50. Malaquías. - Este último profeta cierra con broche de oro el ciclo profético, proponiendo la sublime profecía misionera en la que los exposi– tores han visto una alusión directa y manifiesta al santo sacrificio de la misa, que por el mero hecho de ser ofrecido en todo el mundo supone la catolici– dad de la Iglesia y la universalidad de la redención. «No tengo mi compla– cencia en vosotros, dice el Señor de los Ejércitos, ni aceptaré ofrenda al– guna de vuestra mano, porque desde donde nace el sol hasta donde se pone, grande es mi nombre entre todas las gentes, y en todo lugar se sacrifica y se ofrece a mi nombre una ofrenda pura; porque prande es mi nombre entre las gentes, dice el Señor de los Ejércitos» (120). De este vaticinio eucarístico dice San Justino: «De iis quae in omni loco a nobis gentibus ei offeruntur sacrificiis, hoc est, de pane Eucharistiae et de calice similiter Eucharistiae iam tum praedicit, illud autem addens nomen suum a nobis gloriari, a vobis autem profanari» (121). Y San Agustín: «Ab oriente sole usque ad oeciden– tem... Quid ad haec respondebis? Aperite oculos tandem aliquando et videte ab oriente sole usque ad occidentem, non in uno, sicut vobis fuerat consti– tutum, sed in omni loco offerri sacrificium christianorum; non cuilibet deo, sed ei qui ista praedixit, Deo Israel» (122). A este propósito dice también el Concilio Tridentino: «Et hace quidem illa munda oblatio est, quae nulla indignitate aut malitia offerentium inquinari potest; quam dominus per Malachiam nomini suo, quod magnum, futurum esset in gentibus, in omni loco mundam offerendam praedixit» (12:3). De la rápida reseña que acabamos de hacer del Antiguo Tes– tamento se deduce claramente: 1) la universalidad de la salud para todas las gentes, sin excepción de ningún pueblo ni persona; 2) la primacía del pueblo de Israel, pueblo electo y de adquisición, del cual vendría el Salvador del mundo; 3) el proselitismo que se realizó en tiempo del pueblo israelítico, como en los casos de Rahab, de Rut, de la viuda de Sarepta, de Naamán, de Achior, en los que se demuestra que Dios no excluía a los gentiles; 4) el anuncio profético y la realización del reino mesiánico, de la Igle– sia de Cristo, que se anuncia primero a los judíos y después a todas las gentes del mundo, por los Apóstoles y misioneros. In omnem terram exivit sonus eorum (124). (115) IX, 9. (llGl Zach., IV, 8-14. (117) Zacli., VI, 9-15. (118) Zach., XIV, 8-9. (119) Ibíd. (120) Ma!aq., I, 11. Cfr. G. VILLOSLADA, s. J .. La sublime profcc-ía de Malaquías en relación con los descubrimientos geográficos da la Península Ibérica. Bilbao, s. d. (121) Dial. Cum Tryp., P. L., t. VI, col. 5G4. (122) Tract. adversus Judaeos, P. L., t. XLII, col. 61-62. (123) Ses. 22, cap. I, apud. MANSI, Sacror. Conci!. co!!ect., t. XXXIII, n. 129, París, 1902. - (124) Rom., X, 18.
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