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NOCIONES PRELIMINARES.-LA MISIONOLOGÍA EN ESPAÑA 21 tante, es preciso confesar que faltan todavía obras de conjunto que sinteti– cen completamente esta ciencia; pues si bien se han escrito algunos Manuales con ese intento, ninguno de ellos abarca la Misionología en toda su exten– sión, sino que se concretan exclusivamente a tratar algún ramo especial. 12. La Misionología en España.-España, cuya historia misio– nera no ha sido superada por ninguna otra nación, ha sido tam– bién la maestra en la ciencia de las misiones. Hemos visto el im– pulso que dieron a los estudios misionológicos y a la formación de los misioneros en la Edad Media, las tres grandes figuras, San Raimundo de Peñafort, Raimundo Martí y Raimundo Lulio (76). Se nota en esta época la tendencia a la sistematización y a ser– virse de la Filología, de la Filosofía, de la Teología y Cíencias Naturales para la conversión de los infieles. Sería inoportuno compendiar la numerosísima bibliografía de Misionología práctica sobre cuestiones canónicas, morales y pas– torales que se dió a luz, tanto en España cuanto en sus colonias, en aquella época gloriosa. Nos contentamos con seleccionar algunas: Jerónimo Gracián de la Madre de Dios, C. D., Estímulo de la Pro– pagación de la F'e, y vínculo de Hermandad entre los Padres Des– calzos del Carmen y de S. Francisco, Lisboa, 1586; Thomas a Jesu, C. D., Stimulus Missionum, Romae, 1610; Idem, De procuranda salute omnium Gentium, Antverpiae, 1613; J. Focher, O. F. M., Itinerarium Catholicum proficiscentium ad infideles convertendos, corregido y editado por F. Diego de Valadés, O. F. M., Hispali, 1574; Bartolomé de las Casas, O. P., Avisos y Reglas para los confesores ... que son o han sido en cargo a los indios, Sevilla, 1552; José Acosta, S. J., Instrucción para los que se embarcan y vienen a Indias, Ms. 1589 (77); Fernando Zurita, Enchiridium de cuestio– nes teológicas en Indias, Madrid, 1586; Diego Valadés, O. F. M., Retórica cristiana, Perusa, 1579; José de Carabantes, O. F. M. Cap., Práctica de Misiones (78). Estas y otras mil sirvieron de norma y guía a los numerosos misioneros españoles que por aquellos tiem– pos trabajaban en América española y en las islas de Oceanía (79). Acerca de la historia de las misiones poseemos una verdadera biblioteca. Son innumerables las monografías, relaciones e histo– rias particulares, sin que falten tampoco historias de conjunto como las de Toribio Motolinia, O. F. M., Historia ele los indios de Nueva España y Memoriales del mismo as1tnto (80); Jerónimo de Mendieta, O. F. M., Historia eclesiástica indiana, Ed. Icazbalceta, (76) Cfr. :r. GARRIDO, O. P .. S. Raimnnclo ele Peñafort y los misioneros del siglo XIII, en Bib!iotheca Hisp. Miss., t. II, pp. 241-265. (77) Cfr. R. STREIT, o. C., t. l, p. 104. (78) Cfr. Ana!ccta Oni. Min. Cap.• 1927, t. XLIII, pp. 205-216; Illuminare, cola– boración científica de la AFFl.l\1 E 1935, P,!). CCCI-CCCXVI. (79) Cfr. C. MORCILLO, Apuntes ele la Historia ele la Misiologfo en España, en Bi– bliotheca Hisp. Miss., t. II, pp. 25-47. (80) Cfr. ATA..'IASIO LóPEZ, O. S. M., Fr. Toribio Moto!inia, Misionero y Historiador de Méjico en e! siglo XVI, en Illuminare, enero-febrero 1931, prp. 21 y sigs.