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18 NOCIONES PRELIMINARES.-ORIGEN Y DES. DE LA MISIONOLOGÍA Orden, comentó la Regla exponiendo los requisitos físicos y morales que debe tener un misionero (64). En sus múltiples obras no son raros los textos de doctrina misional. De la formación misionera especial trató más concreta– mente el doctísimo filólogo y naturalista Rogerio Bacón, O. F. M., autor de eruditos tratados sobre las lenguas caldea, árabe, griega y hebrea, cuyo es– tudio inculca para la conversión de los infieles y cismáticos. Declara, además, cómo la Geografía, la Astronomía, las Matemáticas y en general las ciencias experimentales, con la Filosofía, son necesarias al misionero. En una parte del Opus Majus que intitula Philosophia Moralis, que pudiera llamarse jus– tamente un tratado apologético-misionero, al iniciar su exposición dice que todas las ciencias están ordenadas a un fin práctico, es decir, ad salutem humani generis cognoscendam (65). Pero ninguno con más derecho a ser considerado como primer misionólogo de la Edad Media, que el célebre mallorquín B. Raimundo Lulio, terciario franciscano, quien no contento con gastar todas las energías de su larga y agitada vida en la conversión de los mahometanos, trabajó lo indecible por fundar Colegios de misioneros, donde éstos pudieran adquirir todos aque– llos conocimientos que él juzgaba necesarios para obtener algún fruto en la evangelización de los infieles, insistiendo, sobre todo, en la necesidad de fundar Institutos de lenguas orientales y de designar un Cardenal que se ocupara de la propagación de la fe, planeando ya en perspectiva, según ex– presión del inmortal Pontíflce Pío XI, el Instituto Oriental y la Congrega– ción de Propaganda Fide (66). Con sus exposiciones y repetidas instancias a los Pontífices y Universidades consiguió que el Concilio de Viena el año 1311 decretara la erección de cinco Colegios de lenguas en las principales ciuda– des universitarias del tiempo: Roma, París, Oxford, Bolonia y Salaman– ca (67). Escribió también numerosas obras de índole misional, tales como Liber de genWe et tribus sapientibus; Liber tartari et c:hristiani; De artic:tllis fidei sac:rosanc:tae et salutiferae legis c:hristianae; el célebre poema en cata– lán el Blanquerna, que es la primera novela misional escrita en el mundo; la famosa Ars Magna, escrita, dice él mismo, con el fin de dirigir por la senda de la verdad a todos aquellos que yacen en las tinieblas del error (68); y otros escritos, que por la brevedad omitimos (69). En los siglos XVI y XVII', a la nueva eflorescencia de la actividad apos– tólica en la Iglesia, debida a los descubrimientos de los españoles y portu– gueses en Africa, Asia y América, correspondió también un magnífico floreci– miento en la literatura misional bajo el punto de vista histórico y doctrinal. (64) Expositio super regulami Fratrmn Minorwn, Opera omnia, t. VIII, p. 436, Ad Claras Aquas, 18!!8. (65) Opus Majus, II, pp. 366-404, ed. J. H. BRIDGES, London, 1900. Cfr. LONGHI, º· c., pp. 35 y sigs. (6{j) Pfo XI, en su Encíclica Rerum, Orientalium, señala a Raimundo Lulio como lp<recur.sor de la C. de Propaganda, del Colegio Urbano y del Instituto Oriental, con estas ,palabras: «Aquel Raimundo ILull, varón de singular erudición y piedad, que pro– puso ante nuestros Predecesores, rplanes, atendidos los tiempos, audazmente concebi– dos, acerca de la manera de tratar los negocios y estudios de los Orientales; de po– ner al frente de los mismos a uno de los Cardenales, de establecer expediciones fre– cuentes cerca de los Tártaros, Sarracenos y otros infieles y cismáticos, para volverlos al seno de la Iglesia... Pero, sobre todo, memorable es el decreto que, a instancias suyas, según se refiere, dió el Concilio general de Viena y ,promul,gó Clemente V, en el cual vemos como diseñado nuestro Instituto Oriental." Act. Ap. Sed., 1928,, t. XX, pp. 279-230. (67) LONGHI, O. C., p. 45. (68) Cfr. VALENTÍN. VILI.ALBA, c. M. F., El B. Ramón Lull (1235-1315), en Rev. E:rpo– sición Misional Española, de Barcelona, 1930, n. XIV, p. 660; RAMÓN RoQUER, Ramón Lu!l, misiólogo y misionero. en Bibliotheca Hisp. Miss., t. II, pp. 265-279, Barcelona, 1930. (69) E. LoNPRÉ, O. F. M., en Dictionnaire de Tliéol. Catholique (LuJte Ra,_tmondJ, t. I, col. 1072-1141. Es un docto artículo sobre la Yida, obras y doctrinas de Lu'.io. De las obras misionales trata en las col. 1108-1112; J. COLL, O. P., Escuelas de Lenguas orientales en Los siglos XIII y XIV, en Ana!ect. Tarraconensia, t. XVII, 1944, pp. 115-135; t. XIX, 1946, pp. 217-240.

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