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16 NOCIONES PRELIMINARES.-ORIGEN Y DES. DE LA MISIONOLOGÍA verdaderamente objetivo, de la obra de las misiones, ni de la ac– tividad, experiencias y producciones culturales de los operarios evangélicos a través de los tiempos. b) En el orden práctico el estudio de la Misionología sirve para instruir y formar científicamente a los sacerdotes, a fin de que con más facilidad, competencia y seguridad puedan continuar la obra redentora de Jesucristo y extender su reinado a todas las almas. e) Esta ciencia suministra a los misioneros y misionólogos co– nocimientos y medios útiles para realizar una evangelización rá– pida, eficaz y permanente, en medio de la complejidad y dificul– tades del apostolado. d) Porque es necesario combatir, científica y prácticamente, a nuestros enemigos, particularmente mahometanos y protestantes, que hacen esfuerzos constantes para implantar sus sectas, inva– diendo el campo que nos pertenece y robándonos la mies evan– gélica. e) Para conocer, convenientemente, las normas, direcciones y orientaciones de la Iglesia en este asunto de las misiones, y se– cundar así los deseos de la Santa Sede. f) Para dar una orientación segura y certera al movimiento misional contemporáneo; ya que es necesario, si se quiere coger el fruto apetecido, encauzar debidamente esas corrientes misioneras y misionológicas que se observan en este «Siglo de las Misiones». Estas y otras razones, que en obsequio a la brevedad omitimos, nos convencerán de la importancia y necesidad del estudio de esta ciencia, de implantarla en la carrera eclesiástica, de mirarla con cariño e interés, como verdaderos embajadores de Cristo, cuya misión redentora estamos obligados a continuar. Las nuevas Fa– cultades o Cátedras establecidas en algunas Universidades y los cursos especiales en muchos Seminarios e Institutos religiosos, dan testimonio de la real importancia de esta asignatura, tanto desde el punto de vista teórico como práctico (56). 11. Origen y desarrollo histórico de la Misionología.-La obra misionera es tan antigua como la Iglesia, pero el estudio sistemá– tico de su actividad es reciente (57). Como ciencia aparte pode– mos decir que es de nuestro siglo. Sin embargo, algunas de sus partes las encontramos más o menos tratadas en el decurso de los tiempos; por esto, para orientación de los alumnos, queremos dar algunas pinceladas en el cuadro de su evolución histórica. (56) Cfr. P. Pío M. DE MONDREGANES, La cnseftanza científica de la Mi.sionología en la carrera eclesuísticlL, en Bib[iothcc!L Hi.sp. Missionmn, t. II, pcp. 7 y sigs., Barce– lona, 1930; ¿Qué es Misionologfo? Contribución científica de la AFEME, en Illumi– nare, l!l32, t. X, marzo-abril, rpp. r-xvur. E! movimiento misionológico en la actualidad. y sus orientaciones científicas, rp,p. 27 y sigs., Asís, 1934. (57) Cfr. ROMMERSKIRCHEN, en Guida delle Miss. Catt., p. 572.

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