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NOCIONES PRELIMINARES.-EVOLUC. HIST. DEL CONCEP. DE MIS. 5 cariato. d) Por las misiones dependientes de algunos obispos dio– cesanos; por ejemplo: las misiones entre indios existentes en al– gunas diócesis de América. e) Finalmente, por las casas o resi– dencias donde habitan los misioneros. 2. Evolución histórica del concepto de misión.-Jesucristo, cumplida la misión que le confió el Padre Celestial, se la comunicó a sus Apóstoles y legí– timos sucesores, obligando a toda la Humanidad a aceptar su obra redentora. Qui crediderit et baptizatus fuerit, saLvus erit; qui vero non crediderit, con– demnabitur (8). De Jesucristo trae origen la misión eclesiástica que luego se fué desarrollando hasta el estado actual. San Agustín prueba cómo esta misión se remonta al mandato de Jesucristo (9). La misma doctrina encon– tramos en San Buenaventura, que dice: «In missione enim auctoritas de– signatur, sine qua nullus debet praedicare.» Para la posesión legítima de la misión es necesaria la autoridad del mitente, «cuiusmodi est pontificis et maxi– me pontificis eius, qui est loco Petri, immo loco Jesu Christi; unde qui ab eo mittitur, a Christo mittitur» (10). Suárez, a su vez, escribe: «Dicendum est illam potestatem ordinario jure esse in pastoribus Ecclesiae respective, per delegationem autem esse in his tantum qui legitime mittuntur» (11). Semejan– tes expresiones manifiestan el concepto de misión como un acto transitorio de jurisdicción de la autoridad eclesiástica. Más tarde la palabra misión se fué aplicando también a la actividad o al objeto de tal actividad que se des– arrollaba o debía desarrollarse en base a la delegación. Esto aconteció prin– cipalmente respecto al apostolado transitorio de la llamada peregrinatio apos– tolica. Así define el célebre misionólogo José Acosta, S. J., la misión: «Mis– siones vero intelligo eas excursiones et peregrinationes, quae oppidatim verbi divini causa suscipiunturn (12). Estas Peregrinationes pro Christo las encon– tramos también en los antiguos monjes célticos, algunos de los cuales se liga– ban con voto especial de peregrinar por el Señor y giraban con fines ar,.Jstó– licos entre los compatriotas dispersos por Francia, Alemania, España e Ita– lia (13). El P. Francisco Cabral, S. J., usa la palabra misión, no sólo como una excursión o expedición transitoria, mas también en un sentido de esta– bilidad locaL, para designar una estación fija, una residencia (14). Más tarde indica ya todo el conjunto de la residencia estable: iglesias, colegios, escue– las, hospicios, obras de beneficencia (15). El sentido de actividad misional, o empresa misionera, lo encontramos en la célebre Bula de Gregario XV In– scrntabili (1622), en la cual instituía la Congregación de Propaganda Fide (16y. Desde la Edad Media hasta el siglo xvr, en vez de la palabra misión en el sentido de actividad misionera, se usaban las expresiones Propagatio fidei, Conversio gentilium, Praedicatio Evangelii, Catechitazfo rudiiim, Procuratio salutis ad barbaras gentes, De procuranda salute omnimn genthim, Dilatatio (8) Marc., XVI, 16. (9) Epist. ad Gel cxpos. 2, P. L, t. XXXV, col. 2107. (10) Commcnt. in Evangel. Lucae, cap. IX. Opera Omnia, t. VII, p. 217, Quctrac– chi, 1895. (11) Disp. XVIII, sect. I. An Ecclcsia possit et jus habeat praedicandi Evange!imn omnibus infide!i!rns ubique. Opera Omnia, t. xn, p. 433, 5, Parisiis, 1853. (12) De procuranda Indorum salute, lib. V, cap. XXI, p. 506. Coloniae Agrip., 159(L Cfr. J. BRAAM, M. S. C., Die juristische Personlichkeit im katholischen Missíonswesen, en Zeitsclir. filr Miss., 1918. t. VIII, p. 235. (13) lvo A. ZEIGEH, S. J., Historia Juris Canonici, t. II, pp. 88-89, Romae, 1947. (14) El 5 de diciembre de 1584 escribe desde Macao al P. Alejandro Valignani, S. J., Provincial y antes Visitador de las Indias: «Parece que esta misión está fixa ... ll Cfr. Pm– TRO TAccur VENrtmr, S. J., Opera storiche de! P. Matteo Riccl, S. J., vol. II. Lettcre della Cina, p. 433, § 5, Macerata, 1913. (15) Ibíd. (16) Jus Pontificium de Propaganda Fide, rpars I, t. I, pp. 1-3, Romae, 1888.

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