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114 P. I.-MISIONOLOGÍA DOCTRINAL 141. Método de exposición.-El célebre misionólogo P. Char– les, S. J., reduce la Dogmática misional a un solo objeto formal, principio teorético de donde se derivan todas las cuestiones dogmá– tico-misionales, a saber: la expansión, propagación y constitución de la Iglesia visible. Esta no es una cosa puramente espiritual, es una realidad, una sociedad visible destinada a ocupar todo el mun– do. Su crecimiento no es el resultado de una ley natural; mas de– pende de la actuación de voluntades libres, que deben ser dirigidas e ilustradas por la doctrina. Como ese crecimiento pertenece al orden de la redención, la doctrina que lo explique y declare debe ser de orden teológico. La Dogmática misional es, ni más ni me– nos, que la teología de la expansión de la Iglesia visible (1). De este principio se derivan todas las conclusiones. Las principales cuestiones de la Dogmática misional se pueden dividir según las cuatro causas: material, formal, eficiente y final (2). Este método, defiende también ardientemente el autorizado misionólogo, pro– fesor de Propaganda, P. Perbal, O. M. I. (3). Este plan de expo– sición ideado no ha sido todavía en la práctica completamente realizado por los tratadistas. El misionólogo Schmidlin, con otros autores, en la exposición de la Dogmática misional, suelen seguir el método tradicional de la Teología en general, seleccionando, ordenando y explicando los dogmas que tienen íntima relación con las misiones. Se objeta que este método no es científico, reduciéndose la Dogmática misio– nal a una Antología de cuestiones tomadas de una parte y de otra (4). Nos permitimos observar, sin embargo, que la selec– ción y exposición no deben ser arbitrarias o artificiales, sino orde– nadas y expuestas científicamente según una razón común y espe– cífica. Como la causa final sea la primera en la intención y la última en la ejecución, y al fin deban adaptarse todas las demás cosas, finis ratio caeterorum, nosotros enfocamos y dirigimos todas estas cuestiones al centro principal, fin específico de las misiones, que no es otro que constituir o plantar la Iglesia, medio ordinario es– tablecido por Cristo para salvar a los hombres. Esta será como una conclusión necesaria del plan divino en la presente economía del orden sobrenatural. Desarrollaremos nuestro programa en los siguientes artículos. (1) Les Dossiers de l'action missionaire, vol. I, ,pp. 33-3/i, Louvain, 1931l (2) Ibíd., p. 35. (3) Cfr. PERBAL, Studio delle missioni, 'P'.P· 29-30, 111 y sigs. (4) Cfr. PERBAL, O. C., p. 111

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