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CAP. II.--f'UNDAMENTOS TRADICIONALES 107 redención de Cristo se magnifica con un texto lleno de bellas ex– presiones poéticas: Exultat jam angclica turba coclorum: cxul– tent divina mystcria: et pro tanti Regis victoria, tuba insonet sa– lutaris. Gancleat et teILus tantis irradiata fulgoribus: et aeterni Re– gis splendore illustrata, totius orbis sentiat amisisse caliginem. Laetetur et Mater Ecclesia, tanti lumini adornata fulgoribus ... O felix culpa, quae talem ac tantum meruit habcre Rcdcmp– torem... (164). Finalmente, el Sol divino brilla sobre nosotros con todo su es– plendor en el día de Pascua: Haes cst dies, quam fecit Dominus, exultemus et laetemur in ea. Este es el día en que se cumplieron las profecías, éste es el día en que Jesús triunfó del pecado, del infierno y de la muerte ; éste es el día en que el Mesías confirmó su divinidad, la misión recibida del Padre. En este día, destruída la muerte por medio de su Unigénito, nos abrió las puertas de la eternidad (165): «Quod si Christus non resurrexit, vana est fieles vestra, adhuc enim estis in peccatis vestris ... Nunc autem Chris– tus resurrexit a mortuis primitiae dormientium» (166). Jesús se humilló en la Pasión, empezó su exaltación en la Re– surrección, continúa aumentándose hasta la Ascensión y se com– pletó en la posesión de su gloria, donde subió para hacernos par– ticipantes de su divinidad (167). ¡ Oh pueblos todos. batid palmas! Aclamad a Dios con voces jubilosas (168). norque: es J aveh, el Altísimo, el terrible, el gran Rey de toda la tierra (169). Pero antes de subir al cielo confiere la potestad ele las llave,; a sus Apóstoles y les impone el precepto de la evangelización universal: Euntcs docetc ... C) CrcLo DE PENTECOsTf;.s.~Los l1ebreos, de:;de el ticrrmo ele Moisés, celebraban la fiesta de Pcntecost(,s, que tenía por fin dar gracias a Dios por la recolección de cereales; mús tarde la tradi– ción rabina añadió la conmemoración de la promulgación de la Ley en el Monte Sinaí, que aconteció cincuenta días despu{!s de la salida de los hebreos de Egipto. En la historia evangélica :-ie señaló con tres acontecimientos de imporfancia: la efusión prodi– giosa del Espíritu Santo sobre los Apóstoles. la fundación oficial de la Iglesia y el principio de la misión apostólica. Estos tres acon– tecimientos, que coronan la obra de la Redención, forman el objeto de esta fiesta: Hodie, canta la liturgia, complcti sunt dics Pcntc– costcs, aIIcluia; hodie Spiritus Sanctus in ignc disci.pulis apparnit et tribnit charisrnatum dona; misit cos in univcrsum mnndum prac- (Hi4) Sabbato Sancto. (lfi5) Domin. Resurrect. (l(ifi) I Cor., XV, 17, 20. (Hi7) Pracf. Asccnsionis. (16B) Ps. XLVI, 2. (168) Ibíd., XLVI, 3.

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