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CAP. II.-FUNDAMENTOS TH.\DICIONALES mi de la Inmaculada, elevar al honor de los altares los veintiséis mártires japoneses de Nagasaki. León XIII (1878-1903) publicó el 18 de octubre de 1883 una importante instrucción sobre las misiones chinas, y en 19 de mar– zo de 1893 otra sobre las de la India; hizo esfuerzos por reunir con Roma los disidentes y dilató la Iglesia, formando nuevas circunscripciones eclesiásticas. En su magnífica Encíclica Sancta Dei Civitas, del 1880, se leen estas palabras: Esta santa cimlacl de Dios. que es la Iglesia, no estando circunscripta ni encerrada en los términos ele al9mw re9ión o país (letermincdo, posee de suyu esa fuerza expansiva que le confirió su Funclaclor pcirci ex– tender cada día sus dominios y plantar cada vez más lejos sus tiendas (119). Pío X (1(J0:~--HJH) no olvidó las misiones, antes bien, continuó promoviendo la reunión de las Iglesias separaclas; en la constitu– ción Sapienti Consilio, del 29 de enero de 1908, determinó de nuevo las competencias de la Sagrada Congregaciún de Propaganda Fíele, creó mwvas divisiones territoriales y dió gran impulso a las mi– siones italianas (120). li!5. Bnwdicto XV (1911-1922) representa admirablemente la tradición en su famosa encíclica I\1aa:immn ill11cl, dd ;30 de no– viembre dP 1Hl9, llamada la Carta Magna ele las Misiones, y qul' bic·n nudiera llamarse también el Catecismo del misionero (121). En ella hace alusión bien clara al 1miversahsmo de la Iglesia con estas palabrm;: «Desde el momento en que los Apóstolc,s salieron y predicaron por todas partes la palabra divina, logrando que la voz de su predicación rc!pcrcutie,;e en todas las nacionc,s, aun las más apartadas de la tierra, ya en adelante nunca jamás la Iglesia, fiel al mnndamiento divino, ha dejado de enviar a todas partes mensajeros de la doctrina por Dios revelada, y dispensadores de la salvación eterna, alcanzada por Jesucristo para el género huma– no» (122). Este Pontífice misionero declaró autónoma la Congre– gación Oriental, aprobó la Unión Misional del Clero, fundó el Ins– tituto Oriental en 1917, el Colegio Etiópico en 1919, reorganizó el Maronita en 1920, fundado ya en 1584 y restablecido en 1891 (123). 136. Pío XI (1922-19:39) compn'ndió plenamente el problema rnisional, y con amplitud de miras, decisión y energía lo em- (119) Cfr. Lconis XIII Pont. l\la.r. Acta, Yol. II, ,p. 1G9, Romae. 1882; CAsrno ALON– so, Colección co1nplctt1 c(c la~ EHcíclicag de León XIII, t. I, p. 132. (120) Cfr. J. DINDINGEH, /. C., T). 8. (12.1) Dice el P. D10,DrnGEH: «l\Iaí fnrse ,, stato ri\'olto un appello cosí comp1·cn-– ;;ivo, cosí profondo, cosí isvirn.to di franche2za apnstollca, cosí eloqucnte nel fissnrc a C,iascuno il suo dovcre come quecsto, díretto a tutti i fattorí che collaliorano all'npera missionaria: superiori d0lle rnission1, 1nls:--;ionnri, educatori di n1issionari, .suore, vescovi. clero e popolazone)), L c., p. 9. (122) Act. Ap. Secl., 1919, t. XI, p. 440. (123) Cfr. -DINDINGEH, O. C., rp. 8.