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CAP. II.-FUNDAMENTOS TRADICIONALES 97 bras: «Al estudiar con atención los anales de la Iglesia no se le escapa a ninguno que desde los primeros siglos del Cristianismo los Romanos Pontífices dedicaron sus principales cuidados y pro– videncias a difundir la luz de la doctrina evangélica y los bene– ficios de la civilización cristiana entre los pueblos que aun estaban sentados en las tinieblas y sombras de la muerte» (114). No damos una exposición completa; sólo nos concretamos a hacer algunas indicaciones. 130. 1) La historia de los primeros siglos acerca de la difu– sión de la fe y la contribución de los Papas apenas la conocemos por falta de documentos históricos de aquel tiempo. Podemos, sin embargo, afirmar que, si todas las miradas se dirigían a Roma, cuando se trataba de conservar la pureza de la fe, lo mismo su– cedía cuando se trataba de aumentarla y difundirla (115). Los coeficientes de la difusión de la fe en aquellos tiempos son el Papado, la jerarquía, la acción de persona a persona, y, después del Emperador Constantino, se añadió el poder civil (116). 131. 2) En la Edad Media, el Papa Celestino I (422-33) env10 al obispo Paladio el 431 a Irlanda, y poco después al gran San Patricio. El mismo Papa parece envió de Roma a San Niniano a los pictos y escoceses. San Gregorio Magno (590-604), en 596, envió al monje San Agustín con sus treinta y nueve compañeros a los an– glosajones. Encontramos en el siglo vu a Honorio I (625-638), que se interesa por la conversión del país de Wessex, y a Bonifacio V (619-625), por la región de Nortumbria. El Papa Vitaliano (657-672) mandó a Teodoro de Tarso para organizar definitivamente la Igle– sia de Inglaterra. Los Papas dieron grande impulso y enviaron ilustres misioneros a los países germánicos, nórdicos, eslavos y húngaros. En el tiempo de las Cruzadas la atención de los Papas se dirigía principalmente al mundo musulmán y tártaro. Multitud de documentos pontificios referentes a las misiones se encuentran en el período que corre de Honorio III (1216-1227) hasta todo el siglo xv. En los siglos XIII y XIV los dominicos y franciscanos hicie– ron grandes tentativas para introducir el catolicismo entre los tártaros, indios y chinos; esas empresas misioneras eran promovi– das o apoyadas por los Papas, en especial por Inocencio IV (1243- 1254), Nicolás IV (1288-1292), que mandó a Pekín al franciscano Juan de Montecorvino; Clemente V (1305-1314) y Juan XXII (1316-1334). (114) Cfr. Act. Ap. Sed., Hl2G, t. XVIII, rp. 65. (115) Cfr. J. DINDINGER, O. M. I., IL ·Papato e le Missioni, en Guida delle Missioni Catt., p. 3; THOMAS A JEsu, Ord. Carm., De procuranda salute omnium gentium libri I-IV. Ed. P. Tl!Ol\L~E A JESU (Pammoli), lih. III, pp. 67-90. (116) Cfr. V. G. VANZIN, I! fermento del Regno, par. II: Lineomenti storici della cooperozione missionaria, pp. 51-139.
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