BCCCAP00000000000000000000614

1798 91 lo que no es decible. Quisiera, y deseo que te cuides, como á mí me lo aconsejas, al modo que el arriero cuida de su mulo para que le lleve la 1 carga. No tiene Dlos necesidad de nosotros, pero la tienen sus redimidos. Permanere autem in carne necessarium propter vos,decía el santo Apóstol 1. Vamos, cuídate, ponte bueno y lle.na los designios del Señor en lo que quiera hacer de ti, por ti y para ti. No digo más. Te remito el velo de nuestra bendita Hermana con la auténtica que yo le puedo dar. Lo demás aquí lo tienes á tu disposición, pues conozco'es ca– ridad que me haces y favor que no merezco el dejármelo. No te envío el uno de los dos cqchillos, corno lo había pensado, porque no sea que por alguna casualidad, 6 ardid del' enemigo, se lo encu~ntren al portador y tenga que sentir, porque es de los prohibidos, según que me parece. ·Ahora me escribe que, después de mi venida, encontrándola una mu– jer que hace días la busca para matarla, se vino á ella al entrar en la igle– sia, y fingiendo .devoción la abrazó y le clavó unas tijeras por el pecho, con tanta fuerza, que se rompieron, y quedaron clavadas las dos puntas en las costillas, causándole dolores y agonías de muerte; no obstante las cua~es, se foé á comulgar sin hablar una palabra, y que seguía después con las mismas fatigas sin quitarse las puntas, y pidiéndome que le permitiese el dejarlas allí mientras que viva; mas le he dicho que inmediatamente se las arranque y me las envíe, porque conceptúo que es cosa de que le puede resultar la rpuerte ú otro gravísimo perjuicio 2 • Al tiempo de venirme le encargué que, desde el día después de la Asunción del Señor, entrase en ejercicios hasta la Pascua del Espíritu Santo. No había tiempo para avi– sártelo y aguardar tu respuesta, y viendo que después de la. sagrada comu– nión le rel?etían que se preparase, me pareció que sería conveniente el va– lerse de este medio. Si he errado, hermano de mi alma, peidóname por amor de Dios, y prohíbeme estas y las demás cosas que sabes le digo á esta bendita alma. Te aseguro que, no obstante la seguridad interior con q~e 1 Estas palabras son del primer capítulo, versículo 24 de la Carta de San Pablo á los filipen– ses, y dicen en castellano: Aún es necesario que viva por vosotros. 2 Una de dichas puntas está en la celda-capilla del Beato en el Convento de Capuchinos de Sevilla y me la dió.lá Excma Sra .. Marquesa de Blancohermoso. Tiene el extremo roto, estaba metida en un papel lacrado y manchado de sangre, con un rótulo de puño y letra del Beato Diego que dice: «Estas puntas de tixeras las he recibido de la sierva de Dios y Virgen la hermana M.• Antonia Tirado de Jesus, de Jerez de la Frontera, Beata de.la Orden 3.ª de N. P. Sto, Do– mingo. Las que le dejó clavadas en el pecho hasta las costillas una mala muger por encono que le tenía sin causa, y para· que conste de su identidad lo firmo de mi mano.--Fr. Diego José de Cádi,z.»

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz