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1798 que con el horrible peso de mi execrable vida impido las grandes miseri– cordias de Dios con sus redimidos 1 • Esta mañana me llevaron á ver un breve rato el duro.combate de un navío inglés con nuestras barcas cañoneras, y te aseguro que me retiré prontamente lleno de indecible contristación 2 • Al fin, al pobre navío le entró aire y pudo escapar. ¡Qué representación, hermano de mi alma, tan viva, de un alma combatida de sus enemigos! No puedo más. Mis cordiales expresiones á todos los señores mis hermanos, hermanas y señores. Manda lo que quieras y encomendémonos á Nuestro Señor, á quien . ·ruego te me guarde muchos años en su santo amor y gracia, como lo desea tu afectísimo hermano y siervo en Nuestro Señor Jesucristo, Fr. Diego José de Cádi{. J. M. J. Jere{ 8 de Mayo del 98. Amadísimo hermano de mi alma. Dios sea siempre con nosotros. Mu– cho he sentido tu padecer y que por él nos hayas privado del consuelo de · tenerte aquí estos días. Pacienc.ia. Tú no quieres hacer lo que tantos por amor de Dios te pedimos, que es cuidarte un poco ó dejarte cuidar de quie1~ lo puede y quiere hacer. Ya no me atrevo á decirte cosa alguna, pero me duele mucho lo que sucederá con tu muerte. Dispergentur oves gregis. ¿Qué nos haremos entonces? Soy una bestia y hablo como quien soy; mas aconsejando tú á otros lo qu~ deben hacer en igual caso, tú no sigues el dictamen de los que te lo dan con verdadera caridad. Nada digo porque no lo entiendo. 1 La Hermalia Antonia, cuyo celo por la gloria de Dios la devoraba, hizo ásperas peniten– cias y larga oración, por el éxito de esta Misión, que tuvo quizás más resonancia que todas cuan– tas dió el célebre Capuchino gaditano, por el triunfo conseguido, especialme!lte entre los pro– testantes, como queda indicado en la nota anterior. Y para que sirva de aliciente á otras almas y ayuden á los predicadores con ejercicios piadosos insertamos á continuación el siguiente pá– rrafo de una carta del Beato á D. Tomás Tirado, hermano de la tantas veces nombrada Hermaria Antonia, que da mucha luz en este asunto, dice a,sí: «Cádiz 24 de Abril de 98. Sr. D. Tomás Ti– rado, mi señor Padre y amigo de mi mayor veneración: Mucho me ha contristado la muy apr'e– ·ciable de usted, por las noticias que me da del padecer de nuestra hermana. Dios le ~sista para tanto. No dude usted que·todo eso es efecto del fruto de esta Santa Misión que ha hecho con su oración y qne rabioso el enemigo la maltrata. Los protestantes asistieron á las tres pláticas con mucha atención y buen modo, han manifest'ado deseos de más y se ha dispaesto predicarles otras dos pláticas»... · 2 Por afiicció·n, que es lo que realmente quiso decir.

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