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So CARTAS DEL BEATO DIEGO JOSÉ DE CÁDIZ hªn dejado tiempo para evacuar lo preciso, por lo gue saldré pasado ma– ñana, Dios mediante. Manda lo que quieras al gue es tuyo de corazón, y encomiéndame á Nuestro Señor, á quien ruego te guarde muchos años en su santo amor y gracia. Tu siempre afectísimo hermano y siervo en nuestro Señor Jesucristo, Fray Diego José de Cádiz.. P. D.-Las adiciones vengan derechamente á mí. La letra del dinero, con cubierta, á la Sra. D.ª Teresa Rivera 1 y Pizarro, aquí frente de la Paz. r Aunque no á la medida de"mis deseos, por justicia y gratitud voy á dedicar cuatro pa– labras á esta insigne bienhechora de mi Orden que, con caridad y abnegación raras, con su ha– cienda, sus desvelos y solicitud de madre, cuidó, en cien ocasiones, de la salud de Fr. Diego de Có.diz, arruinado á fuerza de las rudas tareas de su glorioso apostolado. La promesa de mi Padre san Francisco de ayudar y bendecirá todos los que favorezcan á sus hijos, se vió una vez más cumplida en D.ª Teresa de Rivera y Pizarro. En su casa obró Dios multitud de mila¡,ros por intercesión del taumaturgo del siglo xvm, como en tiempo del profeta Elíseo. Allí tuvo aque– llas visiones maravillosas y aquellos dulces coloquios y místicos arrobamientos que con tanto -empeño ocultaba e.l siervo de Dios; De aquella casa voló al cielo el gran apóstol andaluz, deján– dola perfumada para siempre con el suave aroma de la santidad y convertida en piscina saludable En Ronda nació D.ª Teresa de Rivera y Pizarro, casando, como hemos visto en la nota d~ la pág. 7, con D. Manuel Moreno Tabares, de muy;esclarecida prosapia y alta alcurnia, Maes– trante de Ronda y Regidor perpetuo de dicha ciudad. Una sola hija que tuvieron en ermatrimo– ,nio falleció antes de Abril de 1773, prohijando más~tarde, en su lugar, á D.ª Anastasia Antonia Herrera, de calificada nobleza, de prendas singulares y de virtud tan acrisolada, que el Beato Diego hace de ella cumplidísimos elogios, como fácilmente puede verse en las Cartas de Con– ,eiencia dirigidas al P. Alcover, que ya tengo pubJicadas,:y de que hice mérito en la biografía del P. González. Doña Antonia fué compañera inseparable de D.ª Teresa, y heredera universal de· todos sus bienes, pues el marido de esta última murió en 1774, y aunque tenía otros hermanos, estaban bien ,desahogados, especialmente D. Juan María de Rivera: y Pizarra, presbítero, varó2 de dotes excepcionales y peritísimo en divinas y humanas letras, como lo i!ldiran los trofeos·del adjunto grabado, Con gusto me detendría en dar otros detalles de su vida; pero el menos lince verá que no es este lugar á propósito. Parte de sus rentas las destinaba D.ª Teresa para el culto de la capilla de San Juan de Letrán, .:onocida por la Paz, de quien·era devotísima. Conservo varias cartas, dirigidas las más de ellas á D. Manuel Benjumea, del rnmercio de Sevilla, íntimo del Beato Diego, y á cuyos ruego·s com– puso la novena del Señor del Gran Poder, en que le hace curiosos encargos con que enriquecer los trajes y adornos de la Virgen de la Paz. Jamás nombra al Beato sin decir mi P. Fr. Diego, y tan elevado con<:epto tenía de las virtudes heroicas de su ilustre huésped, que encargó á D.ª An– tonia Herrera que todos sus bienes, al morir ella (Da Anastasia), se realizasen, destinándolos á los gastos de beatificación de su P. Fr. Diego, y aunque se cumplió la primera parte, no se efec– tuó la segunda por desgracia. A D.ª Teresa, en testimonio de gratitud, dice el P. Serafín de Ardale, en la vida del Beato impresa en 1812, pág 139, dejó el crucifijo que usaba en las misiones, y que hoy posee D.• Josefa González, vecina de Ronda. Llena de méritos y adornada de virtudes falleció el 29 de Abril de 1804. Fué enterrada en la I~lesia de la Paz, con hábito de religiosa recoleta. Otor¡¡;ó testamento el 15 de Enero de 1784 ante el escribano de número D. Joaquín Galiache. La partida de defunción, muy rica en detalles, á la usanza de aquel tiempo, está en el Libro 8 y g de Entierros de adultos, folio 1 I 2, parroquia mayor de Ronda.